Mostrando entradas con la etiqueta psicología. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta psicología. Mostrar todas las entradas

domingo, 15 de enero de 2017

De niño mimado a tirano (y III): ¿Y si ya lo tenemos en casa?

En De niño mimado a tirano (I) hablábamos sobre las características de aquel y en qué momento traspasa el límite y se vuelve un tirano. En la segunda entrada sobre este tema tratábamos de dar pautas para evitar que se produzca esa transformación. Ahora tenemos que hablar de qué hacer si el niño ya es un tirano, si ya lo tenemos en casa y estamos, o él cree que estamos, bajo su dominio.

Cuando el niño o adolescente ha empezado a ejercer cierta violencia filioparental, ya sea psicológica, o incluso física, es evidente que hay que hacer algo. Y hacerlo pronto. Gritos, golpes o patadas a las puertas, sillas y otros muebles, dan paso a insultos, amenazas y pueden llegar a las agresiones físicas. Y son, por tanto, los primeros indicios inequívocos que de hay que actuar. Como ya dijimos anteriormente, el problema es serio. Según la Fiscalía General del Estado, se estima que en 2014 el 9% de los padres había sufrido alguna agresión física de sus hijos y cerca del 40%, violencia verbal o emocional. Y las más de 10.000 denuncias que, según algunas fuentes, se produjeron en 2015 por casos de violencia filioparental son la prueba de que es necesario hacer algo cuanto antes, para evitar llegar a estos extremos.

Imagen de es.123rf.com
Lo primero que tenemos que admitir es que la situación no va a mejorar por sí sola. El niño no va a madurar de repente, no va a volverse respetuoso y responsable de la noche a la mañana porque sí. Muchos progenitores se refugian pensado que son solamente signos de inmadurez, que hay que esperar y darle tiempo. Pero no es cierto. ¿Por qué habría de cambiar un niño al que así normalmente le va bien? Aunque tenga broncas y enfrentamientos, suele conseguir bastante de lo que persigue: le dan todos sus caprichos (o la mayor parte) y no le exigen responsabilidades. Así que, ¿para qué cambiar? Pero, tanto para su educación, como para la dinámica familiar, es imprescindible poner remedio a esta situación.

Lo segundo que debemos aceptar es que, si se ha llegado a estos extremos, muy posiblemente no seamos capaces de arreglarlo nosotros solos. En la mayoría de las casos hace falta pedir ayuda a un especialista, normalmente psicólogo o psicóloga con experiencia en niños, adolescentes y terapia familiar, que podrá orientarnos y realizar las oportunas intervenciones, las cuales habitualmente exigirán la implicación de toda la familia, pues quien está afectado no es sólo el niño, sino toda la unidad familiar. Y es posible que se haya llegado a esa situación límite, no sólo por el comportamiento de niño tirano, sino por la respuesta de los demás miembros de la familia a las constantes demandas de ese niño. Si no conocemos a ningún psicólogo especializado en estos temas, es muy posible que nuestro médico de familia pueda orientarnos para encontrar a la persona adecuada.

También es importante convencerse (a ello nos ayudará el especialista) de que no se trata de buscar culpables, sino soluciones. No es infrecuente que surjan tensiones entre los miembros de la pareja, sobre la actuación de uno de ellos en la educación del hijo: "Le has consentido demasiado, tenías que haber hecho esto o lo otro, lo has mimado mucho..." Eso sólo agrava las tensiones familiares y empeora el día a día, además de que normalmente no es cierto, pues estos casos no suelen ser responsabilidad de una sola persona. Así que, insistimos, no debemos buscar culpables, sino soluciones. El especialista nos ayudará a identificar las causas y, sobre todo, a encontrar las respuestas que debemos dar a las distintas situaciones que se nos vayan planteando en esta etapa de cambio y mejora.

Y, una vez hemos decidido hacer algo y pedir ayuda, debemos aceptar que no hay soluciones inmediatas y armarnos de paciencia, pues normalmente este problema se ha ido gestando a lo largo de años y la intervención familiar llevará tiempo. Con suerte, sólo unos meses, pero es posible que más. Además de esa paciencia también tendremos que mantenernos firmes: los cambios y actuaciones en que nos vaya guiando el especialista tienen que ser un compromiso a largo plazo. Normalmente las primeras semanas serán difíciles, pues el niño tirano verá amenazado su estatus y puede reaccionar enérgicamente. Pero, si nuestra respuesta es firme y decidida, acabará por ir modificando sus exigencias y adaptándose a una nueva dinámica familiar en la que ganará él y todo su entorno cercano.

Por último, en casos extremos, no quedará más remedio que pedir ayuda a los servicios sociales. Aun cuando pudiera parecer una solución impropia de unos padres o un fracaso, lo cierto es que, a veces, es la última salida para conseguir el bienestar de todos: el niño y sus familiares. Y para evitar llegar a ella es muy importante actuar cuanto antes, con decisión y acudiendo a quien pueda facilitarnos el proceso. No olvides que pedir ayuda no es una declaración de debilidad, sino un acto de valentía.

Área de Psicología - Clínica Panaderos

domingo, 11 de diciembre de 2016

De niño mimado a tirano (II): ¿cómo evitarlo?

En nuestra anterior entrada hablábamos sobre los niños excesivamente mimados, que pueden convertirse en tiranos, y dejábamos dos cuestiones pendientes: ¿Cómo evitamos llegar a este extremo? ¿Y qué hacemos si ya nos encontramos en él?

En el caso de la primera, las propias características de un niño excesivamente mimado nos dan las claves sobre cómo evitarlo.La primera de ellas, reclamar constantemente la atención de los demás puede indicar un excesivo egocentrismo, así como cierta inseguridad personal: necesita que todos estén pendientes de él, porque él es lo más importante (incluso lo único importante) o porque no se siente arropado, valorado, atendido debidamente. Lo peor que podemos hacer es incrementar nuestro nivel de atención hacia él: no se trata de cantidad, sino de calidad. Debe aprender que no es nuestro único centro de atención, aunque sea muy importante para nosotros, que tenemos que (o queremos) ocuparnos de otras personas y asuntos. Habrá que hacerle entender que, aunque no estemos constantemente pendientes de complacerlo, eso no significa que no nos importe.

Su baja tolerancia a la frustración (que puede dar lugar a los frecuentes episodios de enfado y ansiedad) es otra de las características en las que habrá que trabajar. A muchas personas, tanto niños como adultos, les cuesta entender que las frustraciones se van a presentar antes o después en la vida y, probablemente, se presentarán muchas más veces de las que pensamos. No podemos permitirnos evitárselas siempre mientras son pequeños, porque en algún momento se encontrarán frente a una situación frustrante ante la cual no dependa de nosotros "salvarlo" (un suspenso, un juguete de otro niño, un viaje que no puede o no podemos hacer, un móvil caro que no podemos permitirnos comprar...) y será mucho peor: pueden llegar a causarle grandes sufrimientos y reacciones desproporcionadas. El niño no puede huir siempre de la frustración, tiene que aprender a superarla. Para ello, deberá comprender que hay situaciones que no están a nuestro alcance para las que la única salida es la aceptación. Y habrá otras que pueda superar pero cambiando su estrategia, modificando su comportamiento, lo cual requerirá que reflexione (para lo cual, según su edad, puede requerir nuestra ayuda) y actúe en consecuencia. Por ejemplo, si se enfrenta a su primer suspenso, tendrá que saber en qué ha fallado, pensar cómo va a cambiar su forma de enfocar el estudio de esa asignatura, y luego actuar de acuerdo con ello. Nuestra labor como padres podrá centrarse en dotarlo de las herramientas para aceptar o superar la frustración, pero es nuestro hijo quien tiene que afrontarla.

Otro de los aspectos del niño mimado, la baja empatía, no es algo que pueda corregirse fácilmente. Lo mejor es trabajarlo desde que son pequeños, aunque más vale tarde que nunca: aprender a hablar de sus sentimientos, así como oírnos hablar de los nuestros le ayudará a identificar emociones, tanto positivas como negativas en él mismo y en los demás, lo cual es un primer paso importante para "ponerse en el lugar del otro", para entender qué siente y analizar por qué. Difícilmente podrá reconocer los sentimientos de otras personas si no es capaz de identificar los suyos y expresarlos adecuadamente.

Recoger también es tarea suya - Imagen de 123rf
En cuanto al desafío constante a las normas, que considera externas a él, hay que insistir en la necesidad de que el niño reconozca y respete las normas desde pequeño. Esto tiene dos vertientes: el conocimiento de las normas y de las consecuencias que tiene no respetarlas. En cuanto al primer aspecto, las normas, excepto en casos de familias monoparentales, deben ser acordadas entre los padres y explicadas adecuadamente al niño. Y es fundamental mantener el acuerdo, de manera que el niño no se aproveche de la persona más flexible, para pedirle a ella permiso y luego utilizarlo como pretexto ante la otra persona. Además deberán estar adaptadas a su edad, siempre fáciles de comprender e inamovibles (salvo en casos muy especiales). Y también deberemos hacer partícipes de ellas a otras personas que cuiden al niño o niña: abuela, tíos, una canguro o  empleada doméstica... En caso de los abuelos y tíos, especialmente los primeros, suelen ser más permisivos, pero tendremos que acordar con ellos unos límites que no se deben traspasar. Y conviene incluir entre las normas alguna que se refiera a su participación en las tareas del hogar, siempre adecuada a su edad, pero que le ayudará a educarse en la responsabilidad, sin contrapartidas innecesarias.

La segunda vertiente de las normas implica las consecuencias que tiene no respetarlas. Lo más sensato es, cuando expliquemos al niño una norma, explicarle la consecuencia de su incumplimiento, que se deberá haber fijado con antelación. Los castigos impuestos en caliente, y menos en medio de una discusión acalorada, frecuentemente no son proporcionados, ni adecuados para corregir la actitud inapropiada. Y es muy importante no amenazar con castigos que no vamos a cumplir. Lo de "como no dejes ya la videoconsola" te la voy a quitar para los próximos seis meses" puede ser desproporcionado y generalmente al final vamos a ceder y no lo vamos a aplicar. Es mejor fijar el tiempo que puede jugar a los videojuegos diariamente y, si un día se pasa, descontarle el tiempo al día siguiente: "Ayer tenías 45 minutos de juego y estuviste una hora y cuarto, así que hoy sólo te quedan quince minutos". Y cumplirlo a rajatabla, a pesar de sus protestas y su berrinche. Así irá aprendiendo que incumplir las normas no trae cuenta.

Un último aspecto importantísimo que los adultos tenemos que saber acerca de las normas es que no es necesario, ni apropiado, negociarlas todas con el niño. Algunas se pueden negociar, como la mejor hora para estar un rato jugando con el móvil o la tableta, pero no el tiempo máximo de uso, que es algo que debemos fijar los mayores con sentido común. Las normas que establecemos los adultos son por el bien del niño y de toda la familia y muchas de ellas no tienen por qué estar sujetas a un juego de negociación. Por mucho que el niño no esté de acuerdo. Y tampoco entraremos en un "si tú me das, yo te doy", del estilo de: "Hago los deberes si me dejas un rato más con el ordenador". Los deberes hay que hacerlos y punto. Y el tiempo máximo de ordenador ya debería estar establecido y ser respetado. Negociar determinadas normas importantes con un niño pocos años supone asignarle una responsabilidad que, por su corta edad y su escasa experiencia vital, no está en condiciones de asumir.

Para la próxima entrada dejamos el tema de qué hacer si ya nos encontramos ante un niño tirano.

Área de Psicología - Clínica Panaderos


sábado, 26 de noviembre de 2016

De niño mimado a tirano: ¿dónde está el límite?

Educar a los hijos es, sin duda, una labor difícil. No siempre se puede encontrar el equilibrio entre autoridad y libertad: hasta dónde debemos permitir y dónde están los límites adecuados. Últimamente se oye mucho el término "sobreprotección", con toda la carga negativa que conlleva. Es indudable que queremos proteger a nuestros hijos, que no les ocurra nada malo, evitar peligros, disgustos y malos ratos. Pero evitarles todo lo negativo, ¿va a hacer de ellos personas más responsables y capacitadas para enfrentarse a la vida?

Por otra parte, la baja natalidad en España en los últimos años muestra una consolidación en la tendencia del hijo único, lo cual ayuda a que, en muchos casos, el niño o la niña reciba toda la atención, todos los cuidados, todos los mimos y todos los recursos de su unidad familiar y que crezca siendo el centro de ella.

Otro aspecto a considerar es el retraso de la maternidad en España. Actualmente el 33% de los niños que nacen en España son hijos de mujeres de más de 35 años. En 2012 hubo el triple de embarazos en mujeres de más de 40 años que en 2000. Y la tendencia, con el desarrollo de las técnicas de fecundación asistida, va en aumento. Aunque no vamos a entrar en las posibles causas y consecuencias, es indudable que en pocos años veremos (ya estamos viendo) padres y madres de hijos adolescentes, con edades cercanas a los 60 años, edad a la que no siempre se tienen las fuerzas para enfrentarse adecuadamente a los conflictos y dificultades que frecuentemente surgen con los hijos en esta etapa, sobre todo, si se ha ido postergando la tarea de inculcar la necesidad de unas normas y la educación en la responsabilidad y el respeto.

Imagen de Dreamstime.com
Paralelamente, en nuestro país se está incrementando el número de agresiones de menores a sus padres. Según el estudio  de The Family Watch "Menores violentos ¿Un tema menor? Violencia filioparental y uso indebido de la tecnología", presentado en junio de este año, la violencia ejercida por los hijos menores de edad sobre sus padres ha aumentado un 223 por ciento en España desde 2007 a 2014.

Entonces, ¿cómo puede ser que muchos niños y adolescentes (sin querer generalizar) estén mejor atendidos, mejor cuidados, mejor protegidos que nunca y, sin embargo, se produzcan más agresiones y malos tratos hacia los padres que nunca? Aunque no es una respuesta sencilla, ni tiene una causa única, en nuestra opinión algo tiene que ver en ello: "más" no siempre quiere decir "mejor". En otras palabras: dar a los hijos todo lo que quieren no implica que eso sea lo que necesitan, ni lo que les conviene.

Volvamos, entonces, al título de la entrada: ¿Dónde está el límite entre un niño mimado y un tirano? Diríamos que un niño mimado y más tarde excesivamente mimado acabará, posiblemente, convirtiéndose en un tirano. Los niños a partir de los 3-4 años intentan "medir" su poder frente al de sus padres, se empeñan en que se les compren golosinas o juguetes, en hacer lo que les apetece y en no hacer lo que les pedimos... Y si no consiguen lo que quieren, rabieta al canto. Es una forma de llamar la atención y forzarnos a conseguir sus deseos. Pero muchas veces cedemos por distintas razones: por evitar el escándalo en un lugar público (véase centro comercial, kiosco, etc.) o simplemente porque no tenemos ganas de jaleos y buscamos un poco de tranquilidad. El problema es que, cediendo en estos casos, reforzamos el comportamiento del niño o la niña, quien acaba aprendiendo que, si se enrabieta lo suficiente, terminará por conseguir lo que quería. Y según va creciendo en edad, sus rabietas y exigencias se van volviendo más fuertes y sus presiones, más intensas.
Imagen de es.123rf.com

¿Y cuáles son las características de un niño excesivamente mimado o tirano? No todos presentan exactamente las mismas características y/o en el mismo grado, pero en general, el niño muy mimado:

  • Reclama constantemente la atención de los demás, pues se cree el centro del mundo y espera que satisfagan inmediatamente sus deseos.
  • Se siente frecuentemente enfadado y ansioso, pues no siempre consigue lo que quiere. Además, está casi siempre insatisfecho, porque, en cuanto lo consigue, pide algo distinto.
  • Tiene baja tolerancia a la frustración, la incomodidad, el aburrimiento o a no conseguir inmediatamente lo que ha pedido.
  • Es poco empático, no puede ver cómo afectan sus conductas a los demás, ni reconocer que pueden sufrir por su causa.
  • Desafía constantemente las normas que se le quieren inculcar, pues las ve como una imposición externa con la que no está de acuerdo. Además, tiene poca tolerancia al castigo, entre otros motivos porque la culpa siempre es de los demás y sus propias conductas siempre tienen justificación.

Todo esto respecto a un niño muy mimado. Pero en el ámbito de la Psicología,aunque no hay un criterio universal, se suele considerar que el niño tirano, o niño con el "síndrome del emperador" ha traspasado ese terreno, para llegar al maltrato filioparental: hijos que maltratan a sus padres psicológicamente, amenazan, insultan, tiran objetos, dan golpes a paredes, puertas y muebles, e incluso, que los agreden físicamente. Puede parecer un problema de poca importancia, pero, mientras en el año 2008 se produjeron 2.000 denuncias, en 2015 se registraron 10.000. Solo en 2013 se iniciaron 4.659 procedimientos a jóvenes mayores de 14 años por este tipo de sucesos. Y hay que tener en cuenta que muchos casos no se denuncian por vergüenza y que los menores de 14 años en España no tienen responsabilidad penal, por lo que están excluídos de esta estadística. En España se producen al año unas 400.000 agresiones de hijos a sus padres y, según el psicólogo Javier Urra, el 13% de los jóvenes entre 12 y 18 años maltrata física o verbalmente a sus padres.

¿Cómo evitamos, entonces, llegar a este extremo? ¿Y qué hacemos si ya nos encontramos en él? Lo veremos en la siguiente entrada de nuestro blog.

Área de Psicología - Clínica Panaderos

viernes, 29 de julio de 2016

Yo te leo, tú me lees...

En las entradas de verano siempre nos gusta escribir alguna con pautas útiles para las vacaciones. El año pasado, por ejemplo, escribimos "Cinco noes para disfrutar más las vacaciones", seguido de "Y cinco síes para disfrutar más las vacaciones".

Este verano no vamos a proponerte ninguna actividad que necesite pantallas, ni tecnología moderna, sino otra muy sencilla, pero muy importante para los niños
(con una edad recomendada de 1 a 10 años). Se trata simplemente de leer, pero no de que ellos lean un libro por obligación y tú leas otro para dar ejemplo, no. Se trata de leerles un libro a ellos y de que, si tienen edad suficiente y saben leer, de que ellos también te lean a ti. Y es una actividad que se puede iniciar ahora, en verano, cuando normalmente tenemos más tiempo libre, pero que puede hacerse extensiva a otras vacaciones, puentes, fines de semana, etc.

El objeto de esta entrada no es analizar la importancia de la lectura, por lo que no vamos a detenernos en ello. Sólo haremos dos afirmaciones: si los niños aprender a leer bien, les resultará más fácil estudiar, porque la lectura es una destreza básica para el éxito escolar. Y si disfrutan leyendo de pequeños, es mucho más fácil que sean buenos lectores cuando crezcan, lo cual les aportará madurez, cultura y una perspectiva más amplia de la vida. Pero en el proceso de adquisición de la afición a la lectura, el ejemplo es fundamental. Si ven a sus padres leyendo y tienen a mano libros adecuados a su edad, es más fácil que se acerquen a un libro sin que se convierta en una pelea o una obligación. Por el contrario, si nos pasamos los ratos en casa consultando el móvil, con el tablet sobre las piernas mientras vemos la tele, difícilmente podremos convencerlos de lo bueno que es leer.

Los niños deben acostumbrarse a vernos con libros en la mano desde que tienen pocos meses. Antes del año ya deberíamos leerles cuentos cortos, de esos con muchos colores y con páginas que pueden tocar: con diferentes texturas, formas, pegatinas, incluso con olores!!! Un poco más adelante, con pestañas móviles para que puedan manipularlos, o con figuras que permiten construir casas, castillos... La variedad es, afortunadamente, amplísima. Pero si, además de vernos leer y tener libros a su alcance, comparten con nosotros ratos de lectura, la experiencia será completamente distinta.

Biblioteca infantil. Imagen GFDL.
Cuando leemos cuentos a niños de 3-7 años, podemos permitirnos teatralizar la lectura: cambiar las voces según los personajes, hacer ruidos, pausas, interrumpir la lectura para preguntarles algo... En definitiva, hacer que el cuento tome vida y se sumerjan por un rato en una vivencia distinta, más completa de la historia que les estamos presentando. Y cuando ellos nos leen a nosotros, adoptan un papel similar, imitar distintas voces, enriquecer su expresión y compartirla con nosotros. Para ello, siempre habrá que escoger lecturas apropiadas a su nivel lector, de manera que su lectura no sea dificultosa y evitaremos corregir los posibles errores, siempre que no afecten a la compresión general de la historia. Además, así podremos detectar su nivel de lectura para ver si va evolucionando como debería, o necesita algún tipo de refuerzo (más adelante, ahora no es el momento).

En definitiva, la actividad que te proponemos para estas vacaciones es un rato de lectura en voz alta con niños (hijos, sobrinos...). Tú les lees un rato y, si ya saben leer, ellos pueden leerte otro. Una buena hora sería después de la cena. Es condición imprescindible apagar los móviles, tabletas, ordenadores, videoconsolas... Evitad toda distracción para dedicaros solamente a disfrutar de la lectura. El único aparato eléctrico que se permitiría sería una linterna para alumbrar las páginas del libro, por si la necesitas.

Imagínate bajar con los niños a la playa, con un buen cuento de piratas u otras historias con el mar como escenario y leérselo a la luz de la linterna, cuidando la puesta en escena y todos tus recursos expresivos. O una buena historia de misterio en un claro del bosque o en la montaña... Ten cuidado de que el cuento sea adecuado a la edad y de que los más pequeños no se asusten. Se trata de que disfruten, de que vivan una experiencia que para ellos (y también para ti) será inolvidable.

Clínica Panaderos - Área de Psicología

martes, 3 de noviembre de 2015

Abuelas esclavas y envejecimiento activo (y II)

En la anterior entrada comentábamos los problemas de salud física y mental que puede suponer para los abuelos el cuidado intensivo de los nietos, sobre todo cuando éstos son todavía bebés o cuando tienen problemas de carácter.

¿Entonces apartamos a los nietos de los abuelos? No, de ninguna manera. El contacto frecuente entre nietos y abuelos es muy enriquecedor para ambos. Pero utilizamos la sensatez para distinguir colaboración y ayuda de esclavitud. Recordamos que la principal responsabilidad de cuidar y educar a los niños es de sus padres, no de sus abuelos. Hace tiempo escribimos en este blog una entrada titulada: "Vivir plenamente: Envejecimiento activo", en la que hablábamos de las cuatro áreas básicos del envejecimiento activo:
- salud física
- salud intelectual
- salud emocional
- salud social.
Pues bien, el papel de abuelos esclavos puede interferir muy seriamente en el proceso de envejecimiento activo que todo adulto mayor debería practicar. Los abuelos esclavos frecuentemente ven perjudicada su salud física, porque el cumplimiento de sus responsabilidades les exige muchas veces una actividad física superior a la que sería recomendable para su edad y estado, con el consiguiente desgaste.

Imagen de es.123rf.com
La salud intelectual requiere dedicarse diariamente a actividades de "gimnasia cerebral": juegos de memoria, problemas de lógica, pasatiempos, nuevos aprendizajes (nuevas tecnologías, educación de personas adultas, universidad de la experiencia...), para las que se necesita un tiempo que con frecuencia el cuidado de los nietos les quita.

La salud emocional implica, entre otros factores, el afrontamiento del estrés y el control de la propia vida, dos aspectos que con frecuencia pierden al estar tan involucrados con los nietos diariamente por obligación.

Y dentro de la salud social entran precisamente las relaciones familiares, pero también con los amigos y la comunidad. Cuando las relaciones familiares se limitan a cuidar a los nietos, la interacción con el resto de la familia, las amistades y otras relaciones se resienten. Además, no es infrecuente la aparición de conflictos entre padres y abuelos por los distintas maneras de educar a los niños, pues a veces los padres encargan a los abuelos la tarea de "cuidador principal", pero quieren que sus hijos sean educados de acuerdo con las pautas que ellos mismos marcan.

La Organización Mundial de la Salud aboga por el envejecimiento activo para todos los adultos mayores. Pero, para ello, es importante ayudar a los mayores a trazar su plan de envejecimiento activo, aun cuando esta ayuda sea solamente permitir que recuperen su tiempo, el control de sus vidas. Así pues, es importante que la relación entre abuelos y nietos sea una relación equilibrada y mutuamente enriquecedora, elegida libremente por los abuelos, no el resultado de una obligación impuesta por sus hijos, ni "autoimpuesta".

En conclusión, es necesaria la sensatez y el equilibrio para evitar que el cuidado de los nietos se acabe convirtiendo en una situación de auténtica esclavitud para los abuelos (y, sobre todo, las abuelas). Nuestros adultos mayores también necesitan cuidarse a sí mismos, envejecer activamente, estar sanos y ser felices.

Clínica Panaderos
Cuídate y déjanos cuidarte!!!

jueves, 22 de octubre de 2015

Abuelas esclavas y envejecimiento activo (I)

Titulamos esta entrada "abuelas esclavas", aunque también hay abuelos esclavos, pero el porcentaje de mujeres es bastante más alto. Eso no quita para que reconozcamos el trabajo tanto de ellas como de ellos y, a nivel de salud, nos preocupen los problemas que les causa a los dos sexos el "síndrome del abuelo esclavo".

Imágenes de es.123rf.com
Las dificultades de conciliar la vida familiar y laboral hacen que muchas personas tengan que recurrir a los abuelos para el cuidado de sus hijos, situación que se ha agravado con la crisis económica y las consecuentes dificultades para pagar una guardería o a una empleada doméstica (o canguro). Y oímos frecuentemente expresiones como: "Yo no llevo a la niña a la guardería, la dejo con mi madre, que está encantada".  Cuando "dejarla con mi madre" significa que una mujer de más de setenta años tiene que pasar ocho horas diarias, a partir de las 7:30 de la mañana, cuidando de un bebé durante once meses al año, la afirmación "está encantada" despierta muchas dudas. A veces vemos en la consulta a abuelas estresadas, con problemas para dormir, agobiadas por la responsabilidad, con agravamiento de patologías músculo-esqueléticos, tensión arterial descontrolada, angustiadas, depresión... Y que no se atreven a decir nada a sus hijos o no quieren decírselo, porque asumen el cuidado intensivo de los nietos como una responsabilidad propia.

¿Entonces los abuelos no deberían cuidar a los nietos? Pues sí, pero en su justa medida. Todo es cuestión de circunstancias concretas y también, por qué no decirlo, de cantidad. La principal responsabilidad de los abuelos respecto a sus nietos es disfrutar con ellos, además de transmitirles una serie de valores y experiencias de una manera que otras personas no podrían. Pueden contribuir a su cuidado y educación desde su papel de abuelos, no de padres sustitutos o madres en funciones, puesto que no lo son. Además, como decimos, es cuestión de circunstancias concretas: 

¿Qué edad y estado psicofísico tiene la abuela? ¿Y el nieto o la nieta? Por ejemplo, si la abuela tiene algún problema de movilidad, o de dolor de espalda crónico, la situación ideal no es cuidar varias horas a un niño que está aprendiendo a andar, o a un niño de tres años hiperactivo, que no para ni un momento.

¿Cuántas horas tiene que hacerse cargo de su nieto? En general, sin tener en cuenta otras circunstancias especiales, cuanta menos edad tiene el niño, menos horas puede hacerse cargo de él, por simple cuestión de desgaste y estrés. Recoger a un nieto de ocho años del colegio, llevarlo a casa a comer y tenerlo un par de horas puede no ser un gran sacrificio, pero tener a dos gemelos de año y medio toda la mañana es otra cosa totalmente distinta. También es completamente distinto cuidar durante unos días a un nieto que, por una gripe, no puede ir al colegio, que asumir esa responsabilidad mes tras mes y año tras año.

¿El carácter del nieto tiene alguna importancia? Pues sí. Sobre todo si el nieto presenta problemas de comportamiento como el llamado "síndrome del emperador" o es un preadolescente o adolescente que tiende a retar todas las normas. El efecto psicológico en los abuelos puede ser devastador. Hace poco nos comentaron el caso de un abuelo de casi ochenta años que todos los viernes y sábados no puede acostarse antes de las dos de la mañana, porque tiene que coger el coche y conducir varios kilómetros para ir a buscar a su nieta de quince años, ¡que está en la discoteca! Y, si se intenta negarse, la nieta grita, rompe cosas, amenaza o, simplemente, se escapa de casa.

En la segunda parte de esta entrada abordaremos las dificultades de aunar el cuidado intensivo de los nietos con el envejecimiento activo. Entretanto, queremos dejar una reflexión: para muchos padres y madres, el cuidado y bienestar de sus hijos son la prioridad absoluta, pero... ¿dónde queda el bienestar de los abuelos?

Clínica Panaderos
Cuídate y déjanos cuidarte!!!

martes, 28 de abril de 2015

Fracaso escolar: ¿Se puede salvar el curso? (y II)

En nuestra anterior entrada, Fracaso escolar: ¿Se puede salvar el curso? (I)  hablamos del tiempo y el lugar de estudio adecuados para mejorar los resultados y conseguir remontar una posible situación de fracaso escolar. Nos quedan ahora dos aspectos más a tratar:

3.- ¿Qué? La materia de estudio

Evidentemente, las materias o asignaturas a reforzar son aquéllas que se han suspendido. Pero, además, es muy fácil que el estudiante dedique esas asignaturas menos tiempo que a las demás, precisamente porque se le dan mal, no le gustan, les tiene manía... Y es necesario que comprenda que, por esa dificultad o esa manía, tiene que dedicarles más tiempo, más esfuerzo y más concentración. Por supuesto, es importante saber en qué falla en cada materia suspensa: podría ser en el planteamiento de problemas (Matemáticas, Física, Química...), en la correcta memorización o en la relación entre los contenidos memorizados (Geografía, Historia...), en la falta de comprensión de estructuras gramaticales o en la pronunciación (Francés, Inglés...). No se trata sólo de estudiar más, sino de saber qué hay que estudiar más. Y para ayudarnos a descubrirlo, nada mejor que los profesores que evalúan con frecuencia a nuestros hijos y saben en qué fallan habitualmente.

4.- ¿Cómo? Las técnicas de estudio

En los centros docentes se suelen dedicar bastantes sesiones a lo largo de diferentes cursos a las técnicas de estudio más habituales: subrayado, resúmenes, esquemas, mapas conceptuales, etc. No vamos a detenernos en ellas, pues es fácil encontrar referencias en Internet. En lo que vamos a insistir es en la conveniencia de mirar despacio el libro de texto, sobre todo las páginas del principio y el final del libro, así como la primera y la última de cada tema, porque es frecuente que encontremos precisamente algún esquema o mapa conceptual, los contenidos más importantes de la unidad, etc., que los estudiantes muchas veces pasan por alto, pero que pueden dar pistas importantes y simplificar el trabajo.
Imagen de es.123rf.com

Se pueden, además, buscar otras técnicas alternativas: el sistema Leitner, las clásicas reglas mnemotécnicas para aprender determinados contenidos memorísticos , el método Pomodoro de distribución del tiempo (adaptado para adolescentes, pues el método puro puede resultar demasiado rígido) y muchas más. Lo importante es encontrar una que ayude a superar las debilidades de nuestro hijo.

Aparte de estos cuatro puntos, una duda que se suele plantear con frecuencia es: ¿academia o profesor particular? Cuando los hijos van creciendo y los contenidos van siendo más avanzados, muchos padres no estamos ya en condiciones de ayudar a nuestros hijos. Por poner un ejemplo: ¿quién se acuerda de la formulación química? ¿O de los problemas de movimiento uniformemente acelerado? O simplemente no contamos con el tiempo necesario o la paciencia que se requiere. En estas circunstancias podemos decidir que es mejor un apoyo externo que ayude a nuestro hijo. Pero a estas alturas de curso, con menos de dos meses para "salvarlo", si optamos por ese apoyo externo, nuestra recomendación es un profesor particular, que se adapte a las peculiaridades de nuestro hijo o hija y le ayude a reforzar sus debilidades, más que una academia que tenga un grupo de alumnos amplio y les dé contenidos más generales. Las academias pueden ser útiles a lo largo de todo el curso, pero, como refuerzo de emergencia, no nos parecen lo más adecuado.

Para terminar, insistimos en que estos consejos son adecuados para estudiantes con pocas asignaturas suspensas. Pasando de tres o cuatro, probablemente lo más sensato sea seleccionar qué asignaturas se van a intentar en junio y cuáles pueden "aplazarse" para reforzarlas en verano. ¿Y cuáles son las menos problemáticas para estudiar en verano? Pues depende de cada persona y de lo que se le dé mejor o peor. Pero en la educación de nuestros hijos, la orientación del tutor y puede ser muy valiosa. Y cuanto antes, mejor. 


lunes, 13 de abril de 2015

Fracaso escolar: ¿Se puede salvar el curso? (I)

Vuelta a clase después de las vacaciones de Semana Santa. Nuestro hijo o hija puede ir superando el curso sin dificultad, pero no es raro que las cosas no vayan tan bien. Hace tiempo publicamos en este blog una entrada con el título "Fracaso escolar: No dejes que llegue". Pero, ¿y si ha llegado ya? ¿Y si nuestro hijo lleva 3, 4 o más suspensos? Cuando no se han afrontado con éxito dos trimestres y sólo queda uno, nos preguntamos: ¿Se puede salvar el curso a estas alturas? ¿Qué deberíamos hacer?

Aclararemos en primer lugar que las propuestas que presentaremos van dirigidas sobre todo a alumnado de Educación Secundaria Obligatoria, aunque también pueden ser aprovechables (algunas, por lo menos) para los dos últimos cursos de Primaria. Y también, que nos referimos a estudiantes sin dificultades específicas de aprendizaje, que necesitarían un enfoque mucho más personalizado. En segundo lugar, como siempre, las respuestas dependen de cada caso concreto. No es lo mismo tener 3 suspensos que tener 10. Con 8-10 suspensos, va a ser muy difícil superarlo. Con 3 es, evidentemente, mas fácil, aunque no nos podemos confiar. Hay que ponerse manos a la obra inmediatamente.

Para un(a) estudiante con 3 ó 4 suspensos, lo más importante es entender que "Si sigues haciendo lo mismo, obtendrás los mismos resultados". Evidentemente, las cosas no van bien y hay que cambiar algo (o mucho), puesto que no se están obteniendo los resultados adecuados en las asignaturas suspensas. Podemos modificar como mínimo cuatro aspectos distintos:
  1. ¿Dónde? El lugar de estudio.
  2. ¿Cuánto? El tiempo de estudio.
  3. ¿Qué? La materia de estudio.
  4. ¿Cómo? Las técnicas de estudio.
En esta entrada nos ocuparemos de los dos primeros.

1.- ¿Dónde? El lugar de estudio.

El lugar o espacio de estudio no es un aspecto que debamos tomar a la ligera. Normalmente se aconseja que cada estudiante haga las tareas y estudie en su habitación, o un espacio habilitado para este fin, en el que pueda estar solo para evitar distracciones. Sin embargo, en estas edades es muy frecuente que tengan en su habitación ordenador, tableta, teléfono móvil, videoconsola y otras fuentes de constante distracción. Como ya dijimos en una entrada anterior, "Escolares: ¿son compatibles los móviles y el estudio?", todas estas distracciones son incompatibles con la necesaria concentración y no deben estar a su alcance en durante el tiempo de estudio. Y no confiemos en que nos digan que los van a apagar, o que los necesitan para hacer un trabajo. 
Nuestra recomendación es que el móvil esté apagado y a nuestra vista (en la cocina, salón, etc.), si bien pueden utilizarlo para relajarse un poco durante los períodos de descanso. Y en su habitación, si es que estudian en ella, no debe haber en ningún momento ordenador, tableta, ni ningún otro dispositivo que se pueda conectar a Internet. Si lo necesitan como recurso de consulta, podrán utilizar uno siempre que estén en los lugares comunes (salón, cuarto de estar, etc.), y mejor si es bajo nuestra supervisión. 

También hay estudiantes que se distraen con el vuelo de una mosca o "pensando en las musarañas". Para ellos puede no ser recomendable estar encerrados en una habitación sin ningún tipo de control por nuestra parte. Estudiar en el salón, e incluso en la cocina, siempre que no haya una televisión encendida o hermanos pequeños jugando e interrumpiendo, puede ayudar a que distribuyan mejor su tiempo. Tengamos en cuenta que un alumno de 14-15 años, por ejemplo, que esté media hora delante de la misma página del libro, está perdiendo el tiempo, porque no se está concentrando como debería. Y puede ser recomendable, no una supervisión constante, pero sí un cierto control por nuestra parte, para asegurarnos de que van progresando adecuadamente en el estudio y aprovechan el tiempo. 

2.- ¿Cuánto? El tiempo de estudio.

Debemos plantearnos si el tiempo que dedica al estudio es suficiente. Hacer los deberes no es estudiar. Sirve para reforzar lo practicado en clase, pero no basta para dominar los contenidos y procedimientos. Además de los deberes, hay que estudiar. Aparte de las características individuales, un(a) estudiante de 3º o 4º de ESO con varios suspensos podría necesitar al menos de dos a tres horas diarias de estudio para acabar el curso con todo aprobado.  Para salvar una situación preocupante, hay que olvidarse de salir a la calle diariamente con los amigos, de las horas interminables delante del ordenador, la videoconsola o el móvil... La actividad principal de la tarde tiene que ser el estudio, sin olvidar, por supuesto, los ratos de relax y distracción, que son imprescindibles para conseguir el aprovechamiento adecuado de los períodos de estudio.

En la segunda parte abordamos los otros dos puntos, la materia y las técnicas de estudio. De momento, es hora de plantearse si nuestros hijos están estudiando en el lugar adecuado, durante el tiempo que necesitan y sin distracciones. El curso se puede salvar a estas alturas, pero hay que ponerse manos a la obra ya mismo!!!

Clínica Panaderos - Área de Psicología

lunes, 12 de enero de 2015

Sigue ejercitando tu memoria: jueves, viernes y sábado

Continuamos la batería de ejercicios para cada día de la semana. Si no hiciste los anteriores, los puedes encontrar en Ejercita tu memoria cada día: lunes, martes y miércoles

Recuerda que puedes combinarlos, modificarlos, adaptarlos a ti, sustituirlos por otros... Lo importante es no dejar de ejercitar la memoria. Cuesta mucho menos mantener en buena forma tu memoria que recuperar la que se ha perdido por inactividad.


JUEVES
  • Al empezar el día repasa los acontecimientos más importantes que han sucedido el día anterior. Recuerda lo que comiste y cenaste.
  • Siéntate en el sillón e imagínate haciendo un recorrido por tu propia casa. Ve visualizando cada habitación, con los objetos que hay en ella: las ventanas, los armarios... Abre éstos (mentalmente) y trata de recordar las cosas que hay en ellos. Puedes hacer este ejercicio con la casa de algún hijo u otro hogar conocido.
  • Imagina el mapa de la provincia. Ve recorriendo mentalmente las principales localidades y situalas en él.
  • Trata de recordar algunas canciones antiguas. ¿Te acuerda de “Doce cascabeles” o “Mi carro”?. Seguro que sí. Acuérdate de otras melodías, a ser posible con su letra.
  • Escribe una lista de palabras emparejadas. Luego mira la primera de ellas y trata de recordar su pareja. Aquí te ponemos un ejemplo, pero puedes hacer tu propia lista: agua-mar, iglesia-oficina, pájaro-tordo, zanahoria-escama, primavera-verano, antes-después, buscar-cerrado, lapicero-papel, restaurante-coche, cenicero-veleta. Trata de relacionarlas con algo. Lograrás recordarlas mejor, sobre todo las asociaciones menos “lógicas”.
  • ¿Viste ayer la tele? Trata de recordar lo que viste o, en  su lugar, la última película que hayas visto.

Imagen de es.123rf.com
VIERNES
  • Recuerda todas las cosas que hiciste ayer por la tarde. 
  • Trata de recordar algunas de las noticias que dio ayer la prensa o los noticiarios. Intenta comentarlas con alguien.
  • Intenta transformar en imágenes estas palabras: caridad, sabiduría, constancia, pasión, cariño, tolerancia, solidaridad, libertad, pereza, diversión. Haz tu propia lista de palabras.
  • Ve recorriendo las letras del abecedario. Di nombres de personas que empiecen por “A”, "B"... Puedes hacerlo con otras familias, por ejemplo nombres de plantas o de objetos, etc.
  • Si eres aficionado a las revistas, lee una entrevista. Trata luego de visualizar las fotografías que aparecen en ella y el contenido de la  misma.
  • Si viajas con frecuencia a algún lugar, trata de recordar los nombre de los pueblos que te encuentras en el camino. Anótalos y comprueba cuántos faltan.
  • Elige 20 palabras de un artículo del periódico o revista. Emparéjalas y trata luego de recordarlas.

SÁBADO
  • Repasa los acontecimientos más importantes que han sucedido el día anterior. Recuerda lo que hiciste hasta mediodía, incluida la comida.
  • Coge seis números al azar de la guía de teléfonos. Agrúpalos en pares de cifras. Trata de recordarlos asociando cada par a un acontecimiento o hecho concreto.
  • Haz una lista de nombres de actores españoles. Agrúpalos por edad: Jóvenes y mayores. Trata de visualizar sus rostros.
  • Aprovecha el fin de semana para verte con amigos. Luego recuerda cómo ibais vestidos, de qué hablasteis, cómo estabais sentados, las consumiciones que hicisteis, etc. Trata de visualizar la escena.
  • En una revista de “cotilleo” observa seis mujeres y seis hombres. Después trata de recordar cómo van vestidos y sus nombres. Trata de visualizarlos.
  • Compra alguna revista de pasatiempos. Resuelve las sopas de letras y los juegos de errores.
  • Al final del día recuerda todas las personas con las que has hablado y de qué tema.


Recuerda que los ejercicios del lunes, martes y miércoles puedes encontrarlos aquí. Y en este enlace verás unas recomendaciones para mantener activa la memoria.

Te recomendamos que no dejes los ejercicios para última hora. Cuanto más tarde y más cansado estés, más te costará hacerlos y menos efectivos serán. Unos minutos de tranquilidad a media tarde, o un rato antes de cenar, puede ser un buen momento. Vamos, anímate y ejercita tu memoria cada día!!!


Dr. Vicente Fernández-Merino
Jefe de Servicio de Neuropsicología - Clínica Panaderos



lunes, 24 de noviembre de 2014

Ejercita tu memoria cada día: lunes, martes y miércoles

Vamos completando la batería de ejercicios que habíamos comentado en nuestra entrada anterior: Ejercita tu memoria cada día . Y, como te decíamos, algunos ejercicios son para hacerlos solo, otros se pueden hacer en pareja o en grupo, algunos según vas paseando, para otros necesitarás lápiz y papel... Pero recuerda que son sólo ideas. No es necesario hacerlos todos exactamente en el mismo orden, ni de la misma manera. Lo mejor es adaptarlos a ti o incluso sustituirlos por otros para crear tu propia batería de ejercicios. Pero siempre sin perder el objetivo que es ejercitar tu memoria.

LUNES
Imágenes de es.123rf.com

  • Al empezar el día repasa los acontecimientos más importantes que han sucedido el fin de semana. Recuerda lo que comiste el sábado y el domingo. 
  • Trata de visualizar una habitación de la casa, con el mayor número de detalles sobre lo que hay en ella. Escríbelo o cuéntaselo a alguien que a su vez haga lo mismo. Trata luego de recordar los detalles de la casa de la otra persona.
  • Subraya algunas palabras en una revista (de 10 a 20). Intenta recordarlas, forma frases con ellas, relaciónalas con otras por su sonido, por su relación con algo conocido. Comprueba cuántas recuerdas al día siguiente. 
  • Observa el escaparate de una tienda. Fíjate en media docena de los productos que hay allí, su color, precio, etc. Trata de recordarlos mas tarde, en casa. 
  • Visualiza el interior de un armario de la casa. Escribe lo que contiene.
  • Trata de recordar de memoria la lista de la compra. Comprueba si se olvidaste algún producto.
  • Busca fotos tuyas antiguas. Trata de recordar la situación, quién te la hizo, dónde estabas, con quién, etc.

                                          MARTES

  • Escoge un lugar conocido, más o menos cerca de tu casa: la iglesia, el supermercado, el banco, etc. Traza mentalmente el camino que debes recorrer para llegar a él. Ve recorriendo las calles y recuerda las tiendas que hay en ellas o cualquier otro dato interesante.
  • Haz un plan del día con todas las tareas que tienes que hacer. Escríbelo. Trata de recordarlo y tacha mentalmente cada tarea una vez que la vayas realizando.
  • Ve agrupando la siguiente lista de palabras por su relación entre ellas: cazuela, tomate, iglesia, verde, chopo, cebolla, tenedor, crucifijo, lápiz, azul, pino, tiza, vaso, altar, amarillo, cartera, pepino, cerezo, rosario, mantel, peral, morado, reclinatorio. 
  • Escoge una letra cualquiera del abecedario. Trata de recordar palabras que empiecen por esa letra.
  • Visualiza un coche: la marca, color, forma, etc. Trata de asociarlo con alguna persona. Recuerda el nombre de esta persona y visualiza su figura.
  • Al acabar el día, repasa los acontecimientos más importantes que han sucedido.

MIÉRCOLES

  • Al empezar el día repasa los acontecimientos más importantes que han sucedido el día anterior. Recuerda lo que comiste y cenaste.
  • Del periódico del día, coge una noticia que hable de un país o ciudad concreta. Recuerda cosas que sabes acerca de él. Si no te acuerdas, míralo en la enciclopedia, anótalo y trata de recordarlo.
  • Escoge una columna del periódico. Anota cuántas veces se repite la “a” y la “r” en cada línea. Hazlo con otras letras.
  • Si has comprado un cuarto de kilo de queso y te han cobrado dos euros y medio, calcula a cuánto te saldrá el medio kilo o el kilo. Calcúlalo con otros productos de la compra.
  • Haz una lista de media docena de fechas de cumpleaños de familiares o amigos. Asocia la fecha con algún hecho o acontecimiento y trata de recordarla.
  • Forma todas las palabras que puedas con las letras que forman la palabra "murciélago", por ejemplo: cielo, muro, etc. Repítelo con otras palabras: senderismo, buganvilla, cinemascope, eclesiástico, etc. Repite el ejercicio con otras palabras que se te ocurran.

Anímate y empieza. Cuanto antes comiences a ejercitar tu memoria, más en forma estarás. Aquí podrás continuar con los ejercicios del jueves, viernes y sábado.


Dr. Vicente Fernández-Merino
Jefe de Servicio de Neuropsicología - Clínica Panaderos

martes, 14 de octubre de 2014

Ejercita tu memoria cada día

Ya hemos hablado anteriormente de los fallos de memoria y sus posibles causas. Y, también del miedo al Alzheimer y de que no todo fallo de memoria se debe atribuir de inmediato a esta enfermedad. Puedes ver las dos entradas anteriores en nuestro blog:

Pero evitar la preocupación ante el Alzheimer no significa despreocuparse completamente de cuidar la memoria. El cerebro hay que ejercitarlo diariamente, lo mismo que si fuera un músculo más del cuerpo, para que mantenga sus funciones activas y con el mayor rendimiento. Recuerda que todo lo que se ejercita se mejora y todo lo que no se ejercita se pierde. Y además… ¡nunca es tarde para empezar a hacerlo!

Si queremos mantener activa la memoria, deberemos realizar una serie de ejercicios diarios, sencillos, que puedan ser hechos en cualquier momento del día  y en cualquier lugar, sin necesidad de dedicar un tiempo especial para ello. Pero como primer paso, te vamos a dar unas recomendaciones para mantener activa la memoria:
Imagen de 123rf.es
  • Sal con amigos, participa en los actos que se organicen en tu localidad, ve a la cafetería, al cine, o donde más te apetezca, pero no te quedes aislado y solo.
  • Fíjate en cómo son tus fallos de memoria, por ejemplo, si te olvidas de los nombres, de dónde has dejado las cosas, de algún recado, etc. Si localizas el fallo, es posible encontrar una solución.
  • Asocia lo que quieres aprender con lo que ya sabes. Por ejemplo, si quieres recordar el nombre de Cervera, relaciónalo con un ciervo.
  • Visualiza las cosas. Como si estuvieras haciendo una película, procura convertir en imágenes aquello que quieras recordar.
  • Si tienes que realizar una serie de tareas seguidas, ve diciéndolas en voz alta: “Luz apagada, grifos cerrados, etc.”
  • Procura no hacer las cosas “automáticamente”, sobre todo las tareas que realizas a diario. Así no tendrás que comprobar que ya están hechas y te sentirás más seguro.
En próximas entradas propondremos una serie de ejercicios para cada día de la semana. Para  que resulten más distraídos y sirvan también de relax, pueden hacerse en pareja o en grupo e incluso, utilizarlos como juego a ver quien es capaz de obtener más aciertos. No obstante, no hay mejor guía que la propia imaginación. Pero, para empezar, en estos próximos días fíjate en tus fallos de memoria, "desautomatiza" tus rutinas en la medida de lo posible y proponte cuidar tu memoria. Es un primer paso.


Dr Vicente Fernández-Merino
Jefe de Servicio de Neuropsicología - Clínica Panaderos
Cuídate y déjanos cuidarte!!!

martes, 16 de septiembre de 2014

¿Tiene usted problemas con su memoria?

Los pequeños olvidos son frecuentes y los sufrimos todas las personas a cualquier edad; sin embargo esto no debe asustarnos ya que la memoria es la función más sensible de todas las funciones superiores y se ve afectada por muchas circunstancias: sobrecarga laboral, preocupaciones, ansiedad, etc. Incluso los niños tienen olvidos; pongamos por caso que un niño se olvida su jersey en el colegio. Nadie le dirá que tiene falta de memoria y todo el mundo le recriminará lo despistado que es, un día vas a perder la cabeza, le dirá su madre. Pero si una persona anciana pierde sus gafas o sus llaves, es fácil oír que el abuelo no sabe donde deja las cosas y ya chochea.

Imagen de 123rf.es
No debemos olvidar que la atención es la puerta de la memoria y a veces se califican como problemas de memoria lo que en realidad son faltas de atención. Así que antes de calificar un olvido como pérdida de memoria, debemos asegurarnos de las circunstancias en que éste se produjo, porque tal vez sea solamente una deficiencia de atención lo que nos ha impedido fijar correctamente la información. 

Las causas de pérdida de memoria pueden ser múltiples: lo más grave es cuando la memoria está afectada por una causa orgánica, es decir que haya una lesión cerebral traumática o degenerativa. Conocer el origen de la pérdida de memoria, si es debido a causas orgánicas o psicológicas, es indispensable a la hora de proponer una rehabilitación y siempre se tiene que diagnosticar por un buen profesional.

Entre las causas más comunes se encuentran las siguientes.

1. Uso de medicamentos: los psicofármacos, de manera especial, y otros muchos medicamentos como los antihistamínicos y los analgésicos, entre otros, pueden causar una  pérdida de memoria transitoria.

2. Beber en exceso: el alcohol daña las células cerebrales, por ello, después de una borrachera se presentan algunas lagunas mentales. Con el tiempo, esta pérdida de memoria puede ser permanente.

3. Fumar: el tabaquismo reduce la cantidad de oxígeno que llega al cerebro y, como consecuencia, perjudica el funcionamiento de la memoria.

4. Consumo de drogas: su uso continuo provoca cambios en las sustancias químicas del cerebro, lo que dificulta el recuerdo.

5. Falta de sueño: tanto la cantidad del sueño como su calidad afectan la memoria. Si duermes muy poco o te despiertas con frecuencia durante la noche, puedes sentirte fatigado. Y el cansancio interfiere con la capacidad de captar la información y de recordarla después.

6. Mala alimentación: una buena nutrición es importante para el funcionamiento correcto del cerebro. Un dieta equilibrada es indispensable para una buena reparación de los tejidos dañados. No te olvides, además, que la deficiencia de las vitaminas B1 y B12 puede afectar la memoria.

Los olvidos ocasionales no tienen que ser motivo de preocupación, pero si observas  que se producen muy continuamente o que interfieren con las actividades diarias, lo mejor es consultar a tu médico para descartar cualquier tipo de problema o complicación.

Dr. Vicente Fernández-Merino
Jefe de Servicio de Neuropsicología - Clínica Panaderos

martes, 1 de julio de 2014

Entrevista al Dr. Vicente Fernández-Merino en Radio Intereconomía

El pasado 29 de junio, nuestro neuropsicólogo, Dr. Vicente Fernández Merino, habló en Radio Intereconomía sobre Alzheimer: ¿cualquier fallo de memoria a ciertas edades debe ponernos en alerta? ¿El Alzheimer está sobre diagnosticado? ¿Es una enfermedad genética o ambiental? ¿Qué hacer cuando recibimos la noticia del diagnóstico sobre un familiar cercano? ¿Qué papel debe desempeñar la familia? ¿Quién será el cuidador principal? ¿La pseudodemencia depresiva es Alzheimer? Cuestiones que preocupan, e incluso angustian, a muchas personas actualmente.

Si te la perdiste, aquí te dejamos el audio. Seguro que lo encontrarás interesante.


lunes, 23 de junio de 2014

Entrevista al Dr. Vicente Fernández-Merino en Saber vivir (RTVE 1)

El pasado día 10 de junio en el programa de RTVE "Saber vivir" entrevistaron a nuestro neuropsicólogo, el Dr. Vicente Fernández-Merino. En ella habló sobre diversas cuestiones relacionadas con la memoria, por ejemplo el #Alzheimer, si un simple fallo de memoria debe preocuparnos (tema de candente actualidad y que angustia a muchas personas), etc. 

Si te la perdiste, aquí te dejamos el vídeo (a partir del minuto 37:30).
Clínica Panaderos 
Cuídate y déjanos cuidarte!!!

jueves, 12 de junio de 2014

Mente abierta y cambio de perspectiva: el acertijo de moda

¿Conoces el problema "matemático" de moda en la red? Este problema era una pregunta de examen para entrar en la escuela primaria en Hong Kong, algo así como una selectividad, pero para niños que van a empezar la Educación Primaria. Según el sitio web chinasmack.com, este problema que los niños de preescolar tardan unos segundos en resolver, a los estudiantes de secundaria les lleva varios minutos, a los universitarios más de una hora y a los adultos, horas e incluso días.

¿Cuánto tardarías tú en resolverlo? La pregunta es muy sencilla:


¿En qué plaza de aparcamiento está aparcado el coche?





¿No lo ves claro? No te vamos a dar la solución, sólo te invitamos a que intentes cambiar tu perspectiva, tu punto de vista. Literalmente.

¿Y qué pinta una entrada así en un blog como éste? Bueno, aquí no hablamos sólo de Medicina en un sentido estricto. También queremos ofrecerte otras ideas que consideramos que pueden ayudarte en situaciones de la vida diaria. Y en este caso, la "moraleja" de esta entrada es muy sencilla: a veces, cuando tenemos problemas para los que no encontramos la solución, es muy útil cambiar de perspectiva, ponerse en el punto de vista de otra persona, considerar las cosas de una forma diferente. Por más que nos empeñemos, las cosas no son sólo como las vemos a primera vista. Y en la vida de vez en cuando da buen resultado mirar con otros ojos.

Clínica Panaderos
Cuídate y déjanos cuidarte!!! 


lunes, 9 de junio de 2014

De vida y mente: nuevo espacio en nuestro blog

DE VIDA Y MENTE es un espacio de Vicente Fernández-Merino, Doctor en Psicología, especialista en Psicología Clínica y Neuropsicología, que va a ser un colaborador habitual en nuestro blog.

En este espacio se irán abordando “debidamente”, desde cuestiones psicopatológicas hasta curiosidades médicas y formas de vivir la vida con calidad, de manera especial en la última etapa de la vida.

El Dr. Fernández-Merino, además de Jefe del Servicio de Psicología Clínica y Neuropsicología de Clínica Panaderos es autor de numerosas publicaciones científicas y de divulgación. Su último libro “El Alzheimer día a día”, ha tenido una extraordinaria acogida entre las obras de esta temática. 

Es un libro escrito pensando en aquellas personas que han recibido la noticia de que un familiar cercano, con el que quizá tienen que convivir, padece la enfermedad de Alzheimer.

En él libro puedes encontrar gran cantidad de información que es necesario conocer sobre el Alzheimer y consejos prácticos sobre temas tales como:
  • Qué síntomas delatan la enfermedad.
  • Qué etapas hay y que características tiene cada una.
  • Cómo adaptar el entorno del enfermo para hacerlo más seguro y cómodo.
  • Cómo cuidarlo, física y emocionalmente, de modo adecuado.
  • Qué decisiones tomar en los casos más comunes.
  • Cómo cuidar al cuidador.

Puedes leer algunos extractos de "El Alzheimer día a día" pulsando en este enlace.

Estamos seguros de que DE VIDA Y MENTE se constituirá en un espacio muy interesante dentro de este blog que llamamos "Déjanos cuidarte" y que las aportaciones del Dr. Fernández-Merino serán una ayuda valiosa para muchas personas preocupadas por su salud y bienestar, y el de sus mayores.

viernes, 31 de enero de 2014

¿Qué hacer si te quedas en blanco a medio examen?

(Nota: si tienes prisa, puedes saltar directamente al ejercicio de atención, que es el texto con fondo amarillo)

Uno de los miedos de bastantes estudiantes y opositores es bloquearse, quedarse en blanco en medio del examen: no podemos recordar un tema determinado, la respuesta a una pregunta que estábamos totalmente seguros de que habíamos estudiado a fondo, e incluso, a veces, totalmente en blanco, como si todo lo que hemos estudiado se nos hubiera borrado de la mente. Son los nervios, la ansiedad, el estrés, el cansancio, etc., que parecen haberse puesto de acuerdo para bloquearte e impedirte continuar. Sí, de acuerdo, el problema es ése, pero, ¿cómo evitarlo?

No vamos a hablar de la preparación previa, de técnicas de estudio, ni de autoconfianza. Todo eso es anterior. Tampoco de cómo hacer un examen, leer primero las preguntas, empezar por las que dominemos, no quedarse estancado en una difícil... Nos estamos refiriendo a ese momento en que estás en el aula de examen, el cuadernillo y la hoja de respuestas encima de la mesa, los bolígrafos a un lado, has leído las preguntas, incluso has empezado a responder alguna y, de repente... En blanco. ¿Y ahora? 

Imagen de www.123rf.com
Lo primero es que tienes que ser consciente de que lo estudiado sigue en tu cabeza, pero, por esos nervios, no eres capaz de encontrarlo. Lo segundo, es que, aun en exámenes con tiempo limitado, cuando cada segundo cuenta y la presión de los minutos aumenta ese estrés, es preferible perder un minuto a quedarse totalmente parado, sin hacer nada, esperando. Lo tercero: a veces, para centrar la atención conviene distraerse. O, más bien, concentrarse en algo totalmente distinto. Parece una contradicción, pero no lo es. Diríamos que, si los árboles no nos dejan ver el bosque, tendremos que cambiar la perspectiva, en lugar de empeñarnos en seguir mirando los árboles fijamente.

Claro, que distraerse no significa ponernos a soñar con las próximas vacaciones en un maravilloso crucero. Es demasiado "etéreo", no vamos a conseguirlo y, si lo conseguimos, puede hacernos perder más tiempo del que necesitamos. Tienes que centrar tu atención, ponerla a tu servicio de inmediato, pero en otra cosa distinta que no sea el examen que te está bloqueando. Para ello, te proponemos un ejercicio sencillo de "mindfulnes", de atención plena, que te ayudará a "resetear" la mente y recuperar el control de tu atención en un minuto. Se trata de la observación consciente.

Coge uno de los bolígrafos que tengas encima de la mesa (cualquier otro objeto permitido en el aula de examen puede valer, pero procura no mosquear a los profesores) y obsérvalo con mucha atención:





  • Sin mirarlo (si puedes, con los ojos cerrados o entreabiertos), pasa las yemas de los dedos a lo largo de todo el bolígrafo, despacio. ¿Es liso o tiene rugosidades? ¿De qué materiales está hecho? ¿El tacto es "gomoso" y cálido o frío, metálico? ¿Está rayado? Si es el típico boli de plástico, ¿lo has mordisqueado? ¿notas las marcas en el plástico?
  • Míralo: ¿El color es uniforme? ¿Uno o varios colores? ¿Refleja la luz? Si está rayado, ¿la luz se concentra o se refleja de otra manera en las marcas?
  • Escúchalo: Da un golpe muy suave directamente sobre la mesa y otro sobre el papel. ¿Cómo suenan? ¿Cuál de los dos sonidos es más agudo o más grave?

  • Imagen de www.123rf.com

    Así, con todas las preguntas que se te ocurran, y utilizando los cinco sentidos si es posible, fija tu atención completamente en el bolígrafo durante un minuto. Parece una tontería, pero no lo es. Estarás "reseteando" tu cabeza y es muy posible que, cuando ese minuto haya terminado, puedas volver otra vez al examen con una mente más atenta y despejada.

    Otra posibilidad es centrar la mente en la propia respiración: inspirar profundamente, retener el aire unos segundos, expulsarlo despacio, esperar unos instantes y volver a empezar, repitiendo este ciclo varias veces y fijándonos sólo en nuestra propia respiración. Sin embargo, este ejercicio es más difícil que el anterior y necesita práctica previa, pues estamos focalizando nuestra atención en nosotros mismos, en lugar de proyectarla en un objeto externo y, si no tenemos práctica, podríamos estar atendiendo a nuestra mente bloqueada, más que a nuestra respiración.

    Así pues, si no tienes experiencia en "mindfulness" y técnicas de meditación, te recomendamos el ejercicio del bolígrafo. Sirve, evidentemente, para cualquier examen o similar, pero hoy se lo dedicamos a todos los aspirantes #MIR #BIR #EIR #PIR #QIR y #RFIR que se examinan en esta convocatoria 2013/2014.

    Mucha suerte!!!

    Clínica Panaderos - Área de Psicología