jueves, 21 de septiembre de 2017

Alzhéimer y pérdida ambigua en el cuidador principal

A finales de los 90, la profesora e investigadora Pauline Boss denominó "pérdida ambigua" a un sentimiento que se produce como resultado de la pérdida de un ser cercano (normalmente un familiar, cónyuge, etc.) sin la verificación real de su muerte o sin la seguridad de si va a volver, o si conseguirá ser como era antes. Es como perder a alguien sin perderlo del todo. Por ejemplo, en el caso de conflictos bélicos, catástrofes naturales o desapariciones de personas, la familia puede haber perdido a un allegado, pero cuando no se recuperan los restos mortales, no hay certeza total de esa pérdida. Creemos que la persona en cuestión no está, pero podría estar en otro sitio o... Siempre se albergan dudas, pues no hay un momento concreto en que comience el duelo (no hay un cuerpo que velar, ni entierro), que en muchos casos se reconoce como el primer paso para aceptar y superar la situación.


Cuando una persona padece alzhéimer en una fase avanzada de deterioro cognitivo grave y con una dependencia prácticamente total de sus cuidadores, en las personas muy cercanas puede producirse esa misma pérdida ambigua, puesto que el cuerpo está, pero esa persona ya no es lo que era, su personalidad ha cambiado, no podemos comunicarnos con ella... En definitiva, la persona está, pero no es quien fue, es un desconocido. Sigue siendo una persona con toda su dignidad, pero ya no es la persona de quien nos enamoramos, o de quien nacimos, etc.

No es infrecuente que el cuidador principal* (normalmente su cónyuge o una de las hijas) sea la persona que más sufre esa pérdida ambigua, la cual puede general múltiples problemas en su vida personal, familiar y social. Quien la padece puede caer fácilmente en la fatiga emocional, depresión, ansiedad, parálisis psicológica e incluso enfermedades psicosomáticas. Pero la pérdida ambigua no es una patología individual, sino, en palabras de la propia doctora Boss, un "desorden relacional", pues procede del contexto exterior y no de la mente de quien la padece.

Esta pérdida ambigua se suma al estrés y la sobrecarga del cuidador o cuidadores principales, a sentimientos de soledad, al abandono de las actividades de ocio y realización personal, a sentimientos de culpa (muchas veces por pensar que no se cuida lo suficientemente bien al enfermo), e incluso a la ira. A veces el cuidador desea que esta situación que lo desborda termine cuanto antes, lo cual le genera, a su vez, remordimientos, por llegar a desear la muerte de la persona a quien cuida. Con todo ello, la situación emocional, e incluso física, del cuidador personal puede ser devastadora.

Para minimizar los efectos negativos de la pérdida ambigua y facilitar la adaptación a la nueva situación, Pauline Boss establece un modelo cíclico de intervención familiar, con una serie de pasos dirigidos a encontrar significado a la situación, recuperar el control, reconstruir la identidad, normalizar la ambivalencia y reconstruir al esperanza.

Queremos insistir en la intervención familiar, pues la doctora Boss piensa que, al ser un problema relacional y no externo, es toda la familia la que debe involucrarse, redefinir sus roles y adaptarse a la situación traumática. La terapia exclusiva al cuidador principal podría acentuar su sentimiento de soledad y empeorar el trauma de la pérdida ambigua.

En cualquier caso, ya sea mediante terapia familiar, mediante apoyo de asociaciones de enfermos de alzhéimer (u otras), redes sociales específicas, mediante el reajuste de los roles, el reparto de tareas y la corresponsabilidad en el núcleo familiar, es importantísimo que el cuidador principal se sienta respaldado y tenga tiempo y energías para cuidarse a sí mismo y desarrollar su proyecto de vida. Es necesaria la colaboración de todos los implicados, para poder dar respuesta, no sólo a lo urgente, sino también a lo importante.


Nota: Hablamos de "cuidador principal" utilizando el genérico masculino, por no repetir innecesariamente "cuidador y cuidadora". Pero, estadísticamente, más del 80% son cuidadoras. Es imprescindible reconocer la importancia de su esfuerzo.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Convocatoria FSE 2017-18: MIR, EIR, PIR; BIR...

En el BOE del 15 de septiembre de 2017 se ha publicado la Orden SSI/876/2017, de 12 de septiembre, por la que se aprueba la oferta de plazas y la convocatoria de pruebas selectivas 2017 para el acceso en el año 2018, a plazas de formación sanitaria especializada para Médicos, Farmacéuticos, Enfermeros y otros graduados/licenciados universitarios del ámbito de la Psicología, la Química, la Biología y la Física. Si quieres descargarte la convocatoria completa en PDF, pulsa en este enlace.

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha publicado oferta de 8.042 plazas de Formación Sanitaria Especializada, así como la convocatoria de la prueba selectiva 2017-2018.

Los contenidos más relevantes son:

Fecha de examen: 10 de febrero de 2018

Plazas ofertadas para esta convocatoria:
  • Médicos (MIR): 6.513 plazas.
  • Enfermería (EIR): 1.051 plazas.
  • Farmacéuticos (FIR): 245 plazas.
  • Psicólogos (PIR): 135 plazas.*
  • Biólogos (BIR): 42 plazas. *
  • Radiofísicos (RFIR): 33 plazas.
  • Químicos (QUIR): 23 plazas.*

Calendario de las pruebas selectivas

Plazo de presentación de instancias
Del 19 al 28 de septiembre de 2017, ambos inclusive
Exhibición Relaciones Provisionales de Admitidos
A partir del 14 de noviembre de 2017
Exhibición Relaciones Definitivas de Admitidos
A partir del 9 de enero de 2018
Fecha del examen
Sábado 10 de febrero de 2018
Exhibición de Plantillas de Respuesta Correctas
A partir del 13 de febrero de 2018
Plazo reclamaciones a las Plantillas de Respuestas correctas
14, 15 y 16 de febrero de 2018
Reunión de las Comisiones Calificadoras
28 de febrero de 2018
Exhibición de las Relaciones Provisionales de Resultados
A partir del 6 de marzo de 2018
Exhibición de las Relaciones Definitivas de Resultados
A partir del 3 de abril de 2018
Actos de Asignación de Plazas
A partir del 17 de abril de 2018
Plazo de Incorporación
24 y 25 de mayo de 2018

Las plazas convocadas han sufrido una ligera reducción respecto a las que el publicó en su nota de prensa del 27 de julio de 2017.

Si quieres ver más información en la página de FSE del MSSI (documentación, requisitos, localidades de examen, etc.), visita esta página de información general.

Esta  convocatoria trae algunas novedades relevantes que puedes consultar, por ejemplo, en la web de Redacción Médica.

Además, si quieres aprovechar mejor tu tiempo y prepararte el examen en cualquier rato libre, repasando preguntas y respuestas, viendo imágenes, etc., en nuestro blog tienes reseñas sobre algunas apps gratuitas (tanto para Android como para iOS) para prepararte el MIR, EIR, BIR, PIR, etc., utilizando tu tablet o smartphone

Si te vas a presentar al examen de FSE 2017-2018 en cualquiera de sus modalidades, te aconsejamos que empieces cuanto antes y te deseamos mucha suerte.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Chavales: hora de limitar el uso del móvil (y II)

En la anterior entrada sobre este tema dábamos pistas sobre comportamientos que, en niños y adolescentes, no pueden indicar un uso excesivo de los dispositivos electrónicos, y de la necesidad de establecer reglas para que limiten dicho uso, en especial ahora, que terminan las vacaciones y vuelven las "obligaciones". Muchas de estas reglas surgen simplemente del sentido común como respuesta a la necesidad de fijar límites. Lógicamente, los niños y adolescentes al principio se rebelarán contra estos límites, pero si los hemos establecido con cabeza, acabarán aceptándolos y beneficiándose de ellos.

Deberíamos intentar que los menores consigan:

  • Un tiempo para cada cosa: la hora de los deberes no es para leer whatsapps, ni la hora de dormir es para ver vídeos en la tablet. La hora de comer o cenar en familia es la hora de hablar, comentar lo ocurrido en el día, conocerse, incluso discutir (educadamente). Así mismo, la hora de relajarse y jugar con el móvil es hora de eso, no de hacer otras muchas cosas a la vez. Hacer varias cosas a la vez, cuando no es necesario, puede perjudicar a su capacidad de concentración y facilitar la dispersión, puesto que no pasan mucho rato en ninguna actividad, sino que cambian constantemente de una a otra y luego otra... Así, en el campo se la Psicología se habla de la "monkey mind", como si nuestra mente fuese precisamente un mono inquieto que salta de un árbol a otro y es incapaz de estar un rato parado y concentrado en una actividad concreta.
    Imagen de New York Metro Parents
  • Un lugar para cada actividad: la cama de un niño o adolescente es para dormir, no para acostarse con el móvil o la tablet en la mano. Porque es fácil que acaben perdiendo horas de sueño, que al día siguiente afectarán a su concentración, rendimiento escolar e incluso estado de ánimo (cansancio, mal humor, etc.).
  • El móvil sirve para muchas cosas, pero...: recomendamos que tengan un despertador y una calculadora. Ya sabemos que el móvil tiene calculadora y la necesitan, por ejemplo, para los deberes de "mates". Y también puede usarse como despertador. Pero además tiene muchas otras funciones y, si queremos que el tiempo de deberes sea tiempo de deberes y el de dormir, para dormir, es mejor evitar la tentación de dejar a su alcance un móvil encendido mientras estudian o duermen.
  • Internet, a la vista: el ordenador principal de la casa debe estar en un lugar común y a la vista de los padres. Navegar en Internet para hacer las tareas o ampliar conocimientos no puede ser un pretexto para perderse por vete a saber qué páginas. Igual que ayudamos a los bebés a que empiecen a andar y luego a que, de niños, aprendan a andar en bicicleta, también necesitan ayuda para aprender a desenvolverse adecuadamente en un mundo digital que, además de ser en muchos aspectos maravilloso, es potencialmente peligroso.
  • El control parental, con respecto a los derechos de los menores, es no solamente una potestad, sino también un deber de los padres o tutores legales. El derecho a la intimidad no puede implicar que nos desentendamos totalmente de los posibles riesgos.
Con todo esto y después de haber observado atentamente durante unos días el uso de los menores hacen de los dispositivos móviles, es hora de establecer unas reglas que limiten y racionalicen su uso, para que su experiencia sea enriquecedora y carente de riesgos. Para ello, conviene hablar con ellos, de manera que se pueda llegar a un acuerdo, en la medida de lo posible. Pero dejando claro, si no hay acuerdo, que las normas las ponemos los adultos y queremos que, al menos, las entiendan y las cumplan. Y que las cumplan. Para ello, debemos fijar claramente las consecuencias del incumplimiento de esas normas, porque no sirve marcar unos límites si, cuando los transgreden, no pasa nada. Aunque el objetivo no debe ser castigar por castigar, sino corregir comportamientos inadecuados para ayudar a que lleguen al comportamiento adecuado.

Conviene también poner las normas y acuerdos por escrito, para que no se olviden, ni se relajen o se vayan modificando involuntariamente con el tiempo. Una buena forma es redactar una especie de contrato, que firmarán el padre y/o la madre, y los menores. Para los menores de 13 años la Policía Nacional propone que los padres y el menor firmen contrato dentro de un pacto familiar para el buen uso (seguro) de la Red y el móvil, que puedes ver aquí. Puede ser un buen punto de partida, aunque, para niños de menos edad, es recomendable simplificarlo para que sea más comprensible.

Por su parte, la Asociación Americana de Pediatría propone la creación de un "plan familiar para el consumo mediático" que se puede realizar utilizando su herramienta online (en español)[]. Entre las propuestas para adolescentes (13-18 años) señalan:

  • Crear zonas sin pantallas, como la cocina o el comedor, donde se realicen las comidas y cenas o reuniones familiares, totalmente libres de móviles y otros aparatos.
  • Que los dispositivos se recarguen en el dormitorio de los padres o en otras zonas comunes, pero nunca en el dormitorio de los adolescentes.
  • Crear horarios sin pantallas, como las comidas
  • Evitar usar dispositivos móviles o ver la televisión como mínimo una hora antes de dormir. Tampoco durante el tiempo de familia, en la escuela, mientras se hacen los deberes, mientras se cruza la calle, ni en el coche (excepto durante trayectos largos, siempre que, evidentemente, no se sea el conductor).

Algunas propuestas, como la de no usar el móvil durante los trayectos cortos en el coche, pueden ser discutibles, pero la mayoría son, simplemente, de sentido común. En todo caso, no podemos olvidar la importancia del ejemplo y, si queremos que nuestros hijos compartan con nosotros algún rato, sin las constantes interrupciones de sus móviles, hagamos lo mismo con el nuestro y apaguémoslo cuando ellos lo hagan. Entre todos es más fácil conseguir que los menores usen los dispositivos electrónicos para su beneficio, alejando los posibles riesgos.