domingo, 22 de noviembre de 2015

Resistencia a los antibióticos: resístete a tomarlos mal

Últimamente se está hablando mucho de la resistencia a los antibióticos, que lleva camino de convertirse en un problema de salud a nivel global. Actualmente mueren en Europa unas 25.000 personas por este problema y, según un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), España es el país con la mayor resistencia a los antimicrobianos (50% de los casos). Y se calcula que, de seguir así, en el año 2050 podríán morir 10 millones de personas en el mundo.

El descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming en 1928 supuso un antes y un después en la historia de la Medicina. A partir de la generalización de su uso (en torno a 1945) y del desarrollo de otros antibióticos, se pudo ganar la batalla a enfermedades causadas por bacterias que antes originaban epidemias (entre ellas, probablemente la más mortífera ha sido la tuberculosis) y millones de muertes. Pero, si el descubrimiento y uso de los antibióticos fue un importante paso adelante, su mal uso está empezando a ser un considerable paso atrás. La resistencia de algunas cepas de bacterias a los antibióticos está poniéndonos otra vez en grave riesgo.
Alexander Fleming

¿Qué es la resistencia a los antibióticos? Un error muy frecuente es creer que nuestro cuerpo, si tomamos muchos antibióticos, se hace resistente a ellos y ya no nos hacen efecto. En realidad, el peligro no es que nuestro cuerpo "se acostumbre", sino que son las bacterias las que se acostumbran, se hacen fuertes y dejan de responder al tratamiento. Bueno, no es que se acostumbres por las buenas, es una manera de explicarlo.

¿Por qué se produce la resistencia de los microorganismos a los antibióticos? Podríamos señalar cuatro causas principales:
  1. Errores de prescripción: a veces se prescriben antibióticos cuando no son necesarios, o cuando no son los adecuados para determinado tipo de bacteria.
  2. Uso de antibióticos como aditivos en la alimentación del ganado para aumentar el engorde.
  3. Errores de automedicación: aunque cada vez es más difícil comprar antibióticos sin receta, todavía es posible. Y durante muchos años se han comprado sin ninguna limitación, lo cual hacía que mucha gente comprase y tomase antibióticos para curar un catarro, una gripe u otras enfermedades que no están causadas por bacterias, sino por virus. Pero los antibióticos no son eficaces contra los virus.
  4. Errores en la toma: el antibiótico se debe tomar tal y como lo ha prescrito el médico y durante el tiempo indicado. Es frecuente dejar de tomarlo cuando empezamos a notar mejoría, pero es muy importante terminar el tratamiento completo. En caso contrario, la bacteria sólo se debilita, pero muta y se vuelve resistente. Y en un futuro podrías no responder al tratamiento. Tú o cualquier otra persona que tenga bacterias descendientes de esa que ha mutado. 
¿Podemos hacer algo para evitar este problema? Podemos y debemos. Aunque los errores de prescripción son responsabilidad de los profesionales de la Medicina, y el control del uso antibióticos para el ganado corresponde a las autoridades sanitarias, en los otros dos tenemos que concienciarnos y actuar con decisión. Unos consejos muy sencillos:

  • No te automediques. Si estás lo suficientemente enfermo como para tomar antibióticos (u otras medicinas, especialmente las que necesitan receta), entonces estás lo suficientemente enfermo para ir a tu médico, que hará el diagnóstico y te prescribirá el tratamiento más adecuado.
  • No pidas antibióticos sin receta. El farmacéutico con toda probabilidad no te los dará, como es su obligación. Pero no lo pongas en esa tesitura.
  • Sigue literalmente el tratamiento prescrito por tu médico. No acortes el tratamiento por tu cuenta, complétalo. Sigue las pautas de administración del medicamento que tu médico o farmacéutico te haya dado: cada cuántas horas, si es antes, durante o después de las comidas, las incompatibilidades o interacciones con otras medicinas que estés tomando, el alcohol, etc. Si lo necesitas, puedes ayudarte usando apps como Pappstillas o Medisafe Pill Reminder en tu tablet o smartphone.
  • Sigue las pautas de de manipulación y conservación de los antibióticos (y de todos los medicamentos). En particular, para la preparación de la suspensión, si es el caso, así como la necesidad o no de refrigeración.
  • En cuanto a medicación, no sigas los consejos de amigos o familiares que intenten convencerte de que tomes esto o no tomes lo otro. Lo que a otra persona le ha funcionado puede no ser adecuado para ti.

Las responsabilidades del los profesionales de la salud son diagnosticarte, prescribirte el tratamiento, dispensarlo y aconsejarte, resolviendo tus dudas. Pero la responsabilidad de hacerles caso es tuya. Resístete a tomar mal los antibióticos. No lo hagas por ellos. Hazlo por tu salud.

martes, 3 de noviembre de 2015

Abuelas esclavas y envejecimiento activo (y II)

En la anterior entrada comentábamos los problemas de salud física y mental que puede suponer para los abuelos el cuidado intensivo de los nietos, sobre todo cuando éstos son todavía bebés o cuando tienen problemas de carácter.

¿Entonces apartamos a los nietos de los abuelos? No, de ninguna manera. El contacto frecuente entre nietos y abuelos es muy enriquecedor para ambos. Pero utilizamos la sensatez para distinguir colaboración y ayuda de esclavitud. Recordamos que la principal responsabilidad de cuidar y educar a los niños es de sus padres, no de sus abuelos. Hace tiempo escribimos en este blog una entrada titulada: "Vivir plenamente: Envejecimiento activo", en la que hablábamos de las cuatro áreas básicos del envejecimiento activo:
- salud física
- salud intelectual
- salud emocional
- salud social.
Pues bien, el papel de abuelos esclavos puede interferir muy seriamente en el proceso de envejecimiento activo que todo adulto mayor debería practicar. Los abuelos esclavos frecuentemente ven perjudicada su salud física, porque el cumplimiento de sus responsabilidades les exige muchas veces una actividad física superior a la que sería recomendable para su edad y estado, con el consiguiente desgaste.

Imagen de es.123rf.com
La salud intelectual requiere dedicarse diariamente a actividades de "gimnasia cerebral": juegos de memoria, problemas de lógica, pasatiempos, nuevos aprendizajes (nuevas tecnologías, educación de personas adultas, universidad de la experiencia...), para las que se necesita un tiempo que con frecuencia el cuidado de los nietos les quita.

La salud emocional implica, entre otros factores, el afrontamiento del estrés y el control de la propia vida, dos aspectos que con frecuencia pierden al estar tan involucrados con los nietos diariamente por obligación.

Y dentro de la salud social entran precisamente las relaciones familiares, pero también con los amigos y la comunidad. Cuando las relaciones familiares se limitan a cuidar a los nietos, la interacción con el resto de la familia, las amistades y otras relaciones se resienten. Además, no es infrecuente la aparición de conflictos entre padres y abuelos por los distintas maneras de educar a los niños, pues a veces los padres encargan a los abuelos la tarea de "cuidador principal", pero quieren que sus hijos sean educados de acuerdo con las pautas que ellos mismos marcan.

La Organización Mundial de la Salud aboga por el envejecimiento activo para todos los adultos mayores. Pero, para ello, es importante ayudar a los mayores a trazar su plan de envejecimiento activo, aun cuando esta ayuda sea solamente permitir que recuperen su tiempo, el control de sus vidas. Así pues, es importante que la relación entre abuelos y nietos sea una relación equilibrada y mutuamente enriquecedora, elegida libremente por los abuelos, no el resultado de una obligación impuesta por sus hijos, ni "autoimpuesta".

En conclusión, es necesaria la sensatez y el equilibrio para evitar que el cuidado de los nietos se acabe convirtiendo en una situación de auténtica esclavitud para los abuelos (y, sobre todo, las abuelas). Nuestros adultos mayores también necesitan cuidarse a sí mismos, envejecer activamente, estar sanos y ser felices.

Clínica Panaderos
Cuídate y déjanos cuidarte!!!