viernes, 14 de julio de 2017

El ABCDE del melanoma

En verano se incrementa mucho la exposición al sol, tanto en lo que a superficie corporal se refiere, pues lógicamente, por el calor, se llevamos mucha menos ropa, como por la duración (largas sesiones de playa, piscina, aire libre...). Así que no está de más recordar algunos datos sobre el melanoma, el cáncer de piel más peligroso:

Según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología  (AEDV), en España se dan 4.000 nuevos casos de melanoma al año y más de 600 personas mueren debido a algún tipo de cáncer de piel, lo que significa un 40% más que hace cuatro años

Las radiaciones ultravioletas predisponen la aparición de tumores cutáneos, por lo que la inadecuada exposición al sol, así como a lámparas bronceadoras de ultravioletas es un factor de riesgo muy importante. Además, los melanomas aparecen con más frecuencia en zonas del cuerpo expuestas al sol.

En cuanto a edad y sexo, el melanoma es más frecuente en adultos entre 30 y 60 años y no hay diferencias en frecuencia de aparición entre hombres y mujeres, aunque sí son diferentes las zonas del cuerpo en las que aparecen en uno y otro sexo, que están relacionadas con las áreas de piel que se llevan más o menos cubiertas.

El color de la piel determina el riesgo de melanoma, que es más frecuente en personas de raza blanca y, dentro de ellas, en las de piel más blanca, que no se broncea con facilidad.

Los melanomas no suelen ser dolorosos. Frecuentemente, la primera señal del melanoma es un cambio en el tamaño, forma, color, o sensación de un lunar existente. En estos casos, es necesario consultar con un dermatólogo. Nos puede ser útil la regla ABCDE para detectar un posible melanoma u otro tipo de cáncer de piel:
  • "A" de asimetría. Las lesiones del melanoma con frecuencia no tienen una forma simétrica, pero los lunares benignos normalmente son simétricos.
  • "B" de borde. Los lunares benignos normalmente tienen unos bordes lisos e iguales, mientras que las lesiones del melanoma normalmente tienen bordes irregulares que son difíciles de definir.
  • "C" de color. Un lunar con más de un color (azul, negro, marrón, canela, etc.) o la distribución irregular del color a veces puede ser una señal de alarma de melanoma. Los lunares benignos normalmente tienen un solo tono de marrón o canela.
  • "D" de diámetro. Las lesiones del melanoma con frecuencia son de más de 6 milímetros de diámetro, aproximadamente el tamaño de la goma de un lápiz.
  • "E" de evolución. La evolución de los lunares es importante. Hay que prestar atención a los cambios de tamaño, forma y color.
En caso de duda, hay que consultar al dermatólogo lo antes posible, pues la detección temprana (como en cualquier tipo de cáncer) es fundamental para mejorar su pronóstico. Pero lo más importante a largo plazo es, como siempre, la prevención. Evitar las quemaduras solares año tras año, limitar la exposición al sol y hacerla en condiciones adecuadas pueden ayudar. Un estudio de la AEDV recomienda que en España las personas se apliquen una protección solar nivel 30 durante el año y de nivel 50 durante la época estival.

Recuerda esa frase que se ha hecho tan popular últimamente: la piel tiene memoria. Los excesos se van acumulando y hacen que la piel envejezca antes de tiempo y que se incrementen las posibilidades de padecer un melanoma u otro cáncer de piel. 


Fuentes:
Medline Plus (Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU.)