Últimamente estamos recibiendo cantidad de noticias relacionadas con los preadolescentes y el consumo de alcohol, en el cual se van iniciando a edades cada vez más tempranas. A la desgraciada noticia de la muerte de una niña de 12 años en un pueblo de Madrid el pasado 1 de noviembre han seguido otras de menores de edades similares en estado grave, después de participar en botellones y actividades de ese estilo, normalmente durante su tiempo de ocio.
Por otra parte, estas fiestas que empiezan a menudo vienen acompañadas por el consumo de alcohol, frecuentemente en cantidades considerables, durante las reuniones familiares. Empezamos con una cervecita con las tapas, seguimos con el vino blanco para acompañar el marisco y/o pescado, después el tinto con la carne, luego -si se tercia- un oporto u otro vino dulce con los turrones y, después, el champán para brindar. Más tarde, con la sobremesa, todavía pueden caer unos chupitos o un gin-tonic.
Los niños, incluso de pocos años, participan de ese ambiente y no es raro que, en el momento culmen del brindis tras las uvas, pidan un poquito de champán para brindar ellos también. Y tampoco es raro que algún miembro de la familia diga: "Por un poco, no pasa nada", y se lo dé.
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Pero por un poco, sí pasa. En primer lugar, el efecto del alcohol en los niños es mucho más grave que en adultos, pues tanto su cerebro como otros órganos, especialmente el hígado, están todavía en proceso de formación, por lo que son mucho más vulnerables a su ingesta. Pero, al ser éste un consumo esporádico y en muy pequeñas cantidades, no es lo que más nos preocupa. Lo peor de esta permisividad es reforzar en los niños las ideas de que, para divertirse, hay que beber y de que, en ocasiones especiales, está permitido hasta para ellos. Además, el interés que normalmente tienen los pequeños por parecerse a los mayores, por hacer lo que hacen ellos y ser como ellos en este caso, desde luego, no ayuda.
Por eso, te deseamos muy felices fiestas y este año te recomendamos que, si consumes alcohol durantes las celebraciones, lo hagas con moderación y que no ayudes a los niños a iniciarse en su consumo. Porque por un poco, sí pasa.
Felices fiestas y un año nuevo lleno de salud, alegría y bienestar
Dr. J.M. López Matía
Director médico de Clínica Panaderos
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