La preocupación por la alimentación como factor importantísimo en la propia salud no es algo nuevo, aunque desde la universalización de Internet, con la ingente cantidad de información (no siempre acertada) que aporta, se ha hecho mucho más patente en la población en general. Probablemente, el grupo de productos con peor fama es el de los aditivos alimentarios (conservantes, colorantes, edulcorantes...), los que empiezan la "E" seguida de un número. Pero, aunque los hay realmente peligrosos (por lo que en la Unión Europea están prohibidos), o potencialmente peligrosos, si se consumen en elevadas cantidades, otros no presenta ningún riesgo.
Es necesario reconocer que su uso es imprescindible en nuestra sociedad actual, en que la cantidad de productos alimenticios que encontramos a nuestra disposición y el tiempo que transcurre entre su recogida, procesado, y el momento en que los servimos en la mesa harían imposible el consumo de la inmensa mayoría de esos alimentos. En palabras del Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación: "Los aditivos cumplen varias funciones útiles en los alimentos, que a menudo damos por sentado. Los alimentos están sometidos a muchas condiciones medioambientales que pueden modificar su composición original, como los cambios de temperatura, la oxidación y la exposición a microbios, . Los aditivos alimentarios tienen un papel fundamental a la hora de mantener las cualidades y características de los alimentos que exigen los consumidores, y hacen que los alimentos continúen siendo seguros, nutritivos y apetecibles en su proceso desde el "campo a la mesa".La utilización de aditivos está regulada conforme a tres criterios: que tengan una utilidad demostrada, que sean seguros y que no induzcan a error al consumidor."
Pero, ¿cómo puede el consumidor que va a comprar cualquier producto para su consumo entender lo que está comprando? En Internet se pueden consultar diferentes listas de aditivos permitidos y potencialmente peligrosos o totalmente desaconsejados, como esta elaborada por la Organización de Consumidores y Usuarios [] (archivo PDF). No obstante, es una solución poco práctica ir con unos cuantos folios al supermercado o a la tienda y ponerse a comprobar número por número.
Una solución más sencilla puede ser la instalación en el móvil de una aplicación de consulta que nos permita ver las características de los aditivos que contiene el alimento que nos interesa. Hemos probado una de ellas y es la que a continuación te presentamos. Se trata de "Códigos E - Aditivos Alimentarios", en la versión gratuita. Es una aplicación de David Rodríguez, de la cual existe una versión de pago, para eliminar los anuncios, cuyo precio es de 0,99 €. Aunque hay otras disponibles en Google Play, esta tiene la valoración más alta entre todas las gratuitas, con una puntuación de 4,7/5. Además, no solicita permisos especiales, lo cual es muy recomendable.
La instalación es sencilla. Al abrirla encontramos en la parte de arriba de la pantalla la conocida lupa de un buscador seguido de la letra E-. Podemos introducir los números con el teclado del smartphone o decirlos pulsando el botón del micrófono que veremos arriba a la derecha. Hemos encontrado más facilidad en el reconocimiento de voz si pronunciamos las cifras una a una, que si decimos el número completo ("tres, uno, cero", mejor que "trescientos diez"), lo cual posiblemente se deba al propio sistema de reconocimiento de voz de Google, más que a esta app en sí. Pero tampoco es un inconveniente; simplemente conviene darse cuenta del detalle.
Debajo del buscador, si no introducimos ningún número, aparece toda la lista de aditivos, por la cual podemos desplazarnos haciendo scroll en la pantalla. Pero, con lo bien que funciona el buscador, no merece la pena desplazarnos, a no ser que queramos ver uno de los primeros de la lista. Los aditivos aparecen sobre fondo verde, si son inofensivos, amarillo, si hay que consumirlos con precaución, y rosa, si son peligrosos.
Una vez que tenemos el número y el nombre del aditivo en pantalla, tocamos sobre él y nos lleva a otra pantalla en la que aparece nuevamente el número y el nombre, con información ampliada: tipo, origen, uso, posibles efectos adversos y toxicidad, además de un botón para compartir la información. Además, hay un botón de altavoz, que en teoría es para oír la información en lugar de leerla, pero en nuestro teléfono no ha funcionado. No sabemos si es por la configuración de síntesis de voz del dispositivo o por otra razón.
Por otra parte, en la parte superior derecha de todas las pantallas hay un botón "i" que nos lleva a una breve información sobre los aditivos alimentarios, además de la exención de responsabilidad por posibles errores.
En cuanto a nuestras pruebas, como hemos dicho la instalación es sencilla. La hemos probado en un Samsung Galaxy S7 Edge y ha funcionado con total fluidez y sin ningún "cuelgue", aparte de la cuestión del botón de sonido antes mencionada. La interfaz es clara y sencilla, lo cual contribuye a la rapidez de funcionamiento. Está disponible para dispositivos con sistema operativo Android, versión 2.2 y superiores, y puedes descargártela pulsando en este enlace.
Para terminar, nuestra opinión es que, si te preocupan los aditivos alimentarios, una aplicación como esta, sencilla, sin permisos especiales, rápida y, además, gratis, puede serte muy útil. Por todo ello, la recomendamos sin ninguna duda.
Cuídate y déjanos cuidarte!!!