jueves, 30 de julio de 2015

Y cinco síes para disfrutar más las vacaciones

Ya hablamos en nuestra entrada anterior de "Cinco noes para disfrutar más las vacaciones". Aunque ya estamos casi a mitad de verano, no queremos que nuestras propuestas sean únicamente negativas, así que te presentamos cinco síes para disfrutar más las vacaciones.

Sí a la planificación flexible: está bien, incluso es necesario, planificar las vacaciones. Reservar el hotel o apartamento con tiempo, planificar las mejores rutas para que el viaje sea lo más cómodo posible, buscar actividades para no aburrirse... Pero planificación no significa inflexibilidad. Hay que adaptarse a las circunstancias y aprovechar los ratos que lo estamos pasando bien, extenderlos si lo creemos conveniente. Los horarios son necesarios a lo largo del año escolar y laboral, pero en vacaciones pueden ser más elásticos. Al fin y al cabo, ayudan a organizarnos, pero no tenemos por qué ser sus esclavos. Una agenda de vacaciones demasiado cargada de actividades puede ser más un elemento de estrés que una oportunidad para disfrutar.

Sí a los juegos de mesa: podemos aprovechar nuestros períodos de suspensión temporal del móvil, tablet, etc., para recuperar una actividad entrañable y familiar: los juegos de mesa. Sí, los de toda la vida: el parchís, la brisca, el monopoly, el dominó... Juegos que permitan pasar un rato entretenido sin "interferencias electrónicas" constantes. Además, en el caso de niños y adolescentes, puede venirles muy bien descubrir que se puede pasar un rato realmente entretenido sin nada que tenga pantalla.

Sí a recuperar el contacto con algún amigo o familiar: siempre hay personas con las que, por circunstancias del día a día, hemos perdido el contacto. Las vacaciones, cuando tenemos más tiempo libre, son una buena oportunidad para recuperar ese contacto. Una llamada de teléfono o, si están cerca, un café o una cerveza (con moderación) y una larga charla para ponernos al día. ¿Y qué tal una carta, o una postal? Sí, una de esas que escribíamos antes a mano y que, cuando las recibíamos, las guardábamos en un cajón para releerlas meses o años después. Esa forma de comunicación que, estamos convencidos, aporta mucho más afectivamente que un WhatsApp o una mención en Twitter.
Embalse de Ricobayo (Zamora). Playa fluvial

Sí al silencio: uno objetivo importantes de las vacaciones es liberar todo el estrés que hemos ido acumulando. A lo largo del año nos hemos ido "llenando" de elementos no siempre positivos: ruido del tráfico, el timbre del teléfono, notificaciones del móvil y el ordenador, discusiones, compromisos constantes, horarios estrictos... Una manera de desestresarse es "vaciarse" de todo eso. Reencontrarse con uno mismo. Y el silencio puede ser un recurso poderoso. Cuando nos libramos de todo ese ruido exterior que con frecuencia nos estresa e incluso nos abruma, somos capaces de escucharnos a nosotros mismos y recuperar nuestro equilibrio personal. No se trata de hacer unas vacaciones "monásticas", pero sí de dedicar unos minutos al día a buscarnos en el silencio.

Sí a disfrutar: disfrutar con tu familia y amigos, disfrutar de los sitios y las actividades, del silencio, de la risa, de todo lo que puedas. Disfrutar de las comidas saboreándolas sin prisas, de la bebida (con moderación, por supuesto) y de todo lo que se te ocurra. 

No te cargues de actividades y más actividades. Descárgate de ruido, agobo, prisas y estrés. Carga bien las pilas para todo el año siguiente. Al fin y al cabo, te lo mereces.