Si vemos a una persona con una bata blanca y un fonendoscopio (o estetoscopio) colgado alrededor del cuello, inmediatamente pensaremos que es un médico. Pero, ¿cuál es el origen de este instrumento?
Hasta principios del S. XIX, para auscultar a un paciente, había que colocar la mano directamente sobre el pecho, para detectar el latido cardíaco. Si lo que se quería era escuchar los sonidos de la caja torácica, había que apoyar la cabeza sobre el pecho. Este procedimiento causaba bastante vergüenza tanto a las mujeres, como a sus médicos, además de no ser muy fiable en caso de pacientes con considerable obesidad o con pechos grandes.
Primer dibujo de un estetoscopio, René Laennec, 1819 |
Estetoscopio moderno |
Posteriormente, Laennec fabricó su primer estetoscopio con un cilindro hueco de madera de 25 x 2,5 cm., y más tarde lo rediseñó. En 1818 presentó su descubrimiento en la Academia de Medicina. Aunque no todos los médicos de la época aprobaban su uso, poco a poco fue extendiéndose y, mediante el trabajo de otros investigadores, perfeccionándose, hasta llegar a ser un instrumento que seguramente ha ayudado a salvar millones de vidas, y que identifica inmediatamente a quien lo lleva: un médico.