Hay medicamentos cuya ingestión puede afectar a la capacidad de conducción, hasta el punto de que conducir durante el tratamiento puede llegar a poner en riesgo la vida del conductor y de otras personas. Los medicamentos que más afectan a los conductores son los llamados psicofármacos (tranquilizantes, sedantes, estimulantes antidepresivos...), aunque otros tipos como algunos antihistamínicos o hipotensores también pueden dificultar la conducción, así como determinados colirios y pomadas oftálmicas, que pueden alterar la visión. Entre los efectos más comunes podemos señalar: somnolencia, disminución de la alerta, aumento del tiempo de reacción, visión borrosa, vértigos, alteraciones auditivas, etc. Todas ellas podrían afectar al conductor de tal manera que acabase viéndose involucrado en un accidente.
Por ello, cuando se ha constatado la influencia de un medicamento en la conducción, en su prospecto tiene que figurar información específica al respecto. Sin embargo, muchas personas no leen los prospectos hasta el final, bien porque son demasiado largos, porque la letra es demasiado pequeña (especialmente para personas de más edad o con dificultades de visión), algunas porque tienen lenguaje demasiado complejo y específico, o por cualquier otro motivo. El caso es que, al dejar de leer el prospecto, se puede perder información importante, como la que afecta a la conducción de vehículos. Para evitar que esa información pase desapercibida, según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios cada uno de estos medicamentos debe incluir, además de la correspondiente advertencia en el prospecto, un pictograma en el envase para advertir de sus posibles efectos en la conducción y la necesidad de consultar el prospecto. El pictograma puede tener un tamaño variable, dependiendo del tamaño del envase, pero el triángulo rojo deberá medir al menos 10 mm de lado. Y, como una imagen vale más que 1000 palabras, el pictograma en cuestión es el siguiente:
¿Cuántos medicamentos deben incluirlo? Según la AEMPS, el 25% de los más de 15.000 medicamentos autorizados en España debe incluir dicho pictograma, y la correspondiente información en el prospecto. Así que, como son bastantes, si vas a empezar el tratamiento con un fármaco y normalmente conduces, conviene que te fijes detenidamente en el envase para ver si incluye el pictograma. Pero, aunque no lo veas, lee el prospecto, pues hay medicinas que afectan a la conducción en muy pocas ocasiones, dependiendo de cada persona, por lo que sus fabricantes no están obligados a incluir el pictograma, pero la información sí tiene que constar en el prospecto.
¿Cómo prevenir los efectos de esos medicamentos en la conducción? Lo más importante es consultar a tu médico o farmacéutico. Pero, además, si estás empezando a tomar una medicina que puede afectar a la conducción, lo más sensato es no tomarla inmediatamente antes de conducir. Esto te permitirá observar tu reacción ante esa medicina, comprobar si te produce somnolencia, si disminuye tus reflejos, etc. Ten en cuenta, también, que las reacciones del organismo a los medicamentos son más fuertes y frecuentes durante los primeros días del tratamiento, por lo que si llevas ya tiempo tomando un fármaco y no te ha afectado en la capacidad de conducción, no es probable que te afecte más adelante, salvo que interactúe con otros medicamentos que estés empezando a tomar, con alcohol, etc.
Si quieres acceder a los listados de principios activos por grupos ATC (Sistema de Clasificación Anatómica, Terapéutica, Química) e incorporación del pictograma de la conducción, de la página de la AEMPS, puedes encontrarlos aquí.
En caso de duda, consulta siempre a tu médico. La conducción es una actividad que, de no realizarse en las circunstancias adecuadas, podría acabar siendo peligrosa tanto para ti como para otros.
Centro Psicotécnico de Clínica Panaderos
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