Ya hemos hablado en una entrada anterior de este blog sobre Hipócrates (ver Hipócrates y el juramento hipocrático I). En su obra "Aforismos y sentencias", escrita varios siglos antes de Cristo, este médico, considerado uno de los padres de la Medicina, ya advertía, concretamente en los aforismos quinto y sexto, sobre las dietas demasiado estrictas, y lo hacía con estas palabras:
5. La dieta rigurosa es peligrosa siempre en las enfermedades crónicas y aun cuando está contraindicada en las agudas. Es difícil de soportar un régimen de sobrada tenacidad, como lo es una repleción* excesiva.
6. Las faltas cometidas por los enfermos en observancia de lo prescrito, son más perjudiciales cuando el régimen es muy riguroso; porque cualquier exceso en la alimentación es más peligroso, cuando el régimen es muy riguroso que cuando no lo es. Por eso la dieta muy severa y observada por largo tiempo, es nociva aun para los sanos, por las consecuencias dañosas que cualquier exceso puede acarrearles. Por esta razón, es más conveniente un método de alimentación moderado que otro muy riguroso.
(* Repleción: acción de ahitarse, hartarse)
¿Se podría interpretar que Hipócrates ya estaba advirtiendo hace 2.400 años del efecto rebote o de otros peligros de las dietas demasiado estrictas, incluso en las personas sanas? Tal vez sea una interpretación demasiado libre. Pero, en todo caso, Hipócrates sí recomienda claramente algo en lo que numerosos dietistas y nutricionistas están de acuerdo: mejor una alimentación equilibrada y moderada que las dietas demasiado rigurosas.
En otras palabras: Comer sano, sí. Dietas milagro, no.
Cuídate y déjanos cuidarte!!!