Con el auge del comercio electrónico, las ventas por Internet se van extendiendo a muchísimos campos y, entre ellos, al de la salud. Cualquiera puede utilizar un buscador para encontrar medicinas más baratas que en las farmacias tradicionales, e incluso algunas que deberían venderse con receta pueden conseguirse online sin receta fácilmente. Entonces, si es más fácil y más barato, ¿por qué no comprarlas?
El riesgo de adquirir medicamentos falsos es evidente: los medicamentos falsificados son un problema creciente en nuestro país (y en otros muchos). Un medicamento falsificado puede no contener el principio activo necesario, contenerlo en menor cantidad, o no contenerlo en absoluto. También puede ser sustituido por otro más barato o pero que no tenga los mismos efectos. Puede incluso contener productos tóxicos o en proporciones peligrosas. Los medicamentos falsificados no están sometidos a ningún control, ni en cuanto a su calidad, ni a su seguridad ni a su eficacia, tanto en la composición como en el proceso de fabricación, transporte, almacenamiento, etc. El grado de riesgo puede variar desde que sean inútiles hasta que sean peligrosos.
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Otro riesgo es caer en la tentación de automedicarnos con productos que necesitarían receta y supervisión por parte de un médico. Comprar algo porque a un familiar o conocido le ha ido bien y presuponer que también puede estar indicado para nosotros, ni que el médico lo recete puede causarnos graves problemas de salud.
Y no podemos olvidar otra cuestión importante: comprar medicamentos que necesitarían receta por Internet es ilegal. En nuestra legislación, la venta de medicamentos a través de Internet está regulada por el Real Decreto 870/2013, de 8 de noviembre, por el que se regula la venta a distancia al público, a través de sitios web, de medicamentos de uso humano no sujetos a prescripción médica, el cual excluye específicamente los medicamentos con receta al limitarse en su objeto a los "medicamentos de uso humano elaborados industrialmente no sujetos a prescripción médica, a través de sitios web de oficinas de farmacia."
Logotipo de las farmacias españolas |
En cuanto a quién puede vender medicamentos en Internet, la norma es clara: tienen que ser obligatoriamente farmacias legalmente establecidas e identificadas, y, por tanto, con la intervención de un farmacéutico. Por ello, en la web de venta de medicamentos tiene que constar claramente el nombre del titular o titulares de la misma, los datos del Colegio profesional al que pertenezcan y los números de colegiado. También tiene que constar la dirección física de la oficina de farmacia, su dirección de correo electrónico y cualquier otro dato que permita establecer con la misma una comunicación directa y efectiva. No se pueden vender medicamentos a través de empresas ajenas a la actividad profesional, cualificación y requisitos a que está sometido un farmacéutico colegiado.
A partir del 1 de julio de 2015, las farmacias de la Unión Europea que vendan vía web tienen que mostrar en su página de portada un logotipo común que las identifique, el cual contendrá un enlace que permitirá verificar la acreditación de esa farmacia para vender medicamentos por Internet. El logotipo será igual para todos los estados miembros (excepto la bandera y el idioma del texto). Pero, por supuesto, para atenerse a la legalidad, en ningún momento podrán vender medicamentos con receta.
Para terminar, te recordamos que el farmacéutico es un profesional de la salud, que puede aconsejarte, ayudarte y garantizar la calidad de los productos que dispensa. En estas cuestiones, no te la juegues por unos euros. No compensa el riesgo. Tu salud vale mucho más.
Cuídate y déjanos cuidarte!!!