Leemos estos días mucho en la prensa sobre el llamado síndrome postvacacional. Así que esta entrada no va a ser una repetición más de síntomas, posibles remedios, etc. Queremos, más bien, ofrecerte otro punto de vista que desdramatice un poco tanto dato. Vaya por delante que, si volver de las vacaciones a tu rutina diaria te causa realmente un problema, debes consultar a tu médico, puesto que los síntomas de dicho síndrome podrían estar enmascarando otro tipo de estado de angustia, depresión u otra afección subyacente.
A lo que vamos: ¡claro que a la mayoría nos fastidia que se acaben las vacaciones! Termina nuestro período de ocio, de libertad, de horarios relajados, de experiencias gratificantes (ojalá hayan sido así las vacaciones) y volvemos al trabajo, a un ritmo de vida más rutinario, más estresante y menos satisfactorio. Y eso no hace gracia. Necesitamos unos días para recuperar el ritmo habitual y centrarnos. Pero eso no significa que estemos enfermos (salvo, como hemos dicho, casos extremos que precisan atención especializada). Es completamente lógico que nos disguste. Sin embargo, todo pasará en pocos días. Además, podemos hacer más llevadera esta transición hacia las "no-vacaciones" y, para ello, te vamos a dar tres consejos que no son los más frecuentes contra este síndrome. Los consejos más habituales que hemos leído en otras páginas son del estilo: "procura no volver al trabajo el lunes, intenta tomarte las vacaciones en varios períodos, en lugar de en uno largo, comienza el trabajo gradualmente..." Muchas veces, esas posibilidades no están en nuestra mano. Lo que sí puedes hacer, porque depende solamente de ti, es:
Aparte de estos tres consejos, no queremos pasar por alto otros dos, que no están relacionados directamente con el síndrome postvacacional, pero que sí son muy apropiados para empezar este nuevo año laboral:
- Cuídate: haz ejercicio y aliméntate de forma correcta (todos sabemos lo que eso significa) para mejorar tu forma física y tu equilibrio integral después de los excesos que se suelen hacer en verano.
- Cuida a los demás: cultiva las relaciones humanas, dedica tiempo a charlar y, sobre todo, a escuchar, retoma contactos perdidos, recuerda que un café con un amigo es más gratificante que una entrada de Facebook o un Whatsapp... Al fin y al cabo, cuidar a los demás es una forma muy buena de cuidarse a uno mismo.
En definitiva, no es que queramos negar la existencia del síndrome postvacacional: existe y, en algunos casos, los síntomas son graves y es necesario un tratamiento adecuado. Pero para la mayoría de nosotros, es sólo un fastidio que dura varios días y que, si lo enfocamos con la perspectiva adecuada, puede ayudarnos a tomar decisiones, tal vez pequeñas, pero que mejoren nuestro día a día, no sólo en vacaciones, sino durante todo el año. Para ello, nosotros te hemos ofrecido estos consejos, pero sólo tú puedes ponerlos en práctica.
Clínica Panaderos - Área de Psicología
Cuídate y déjanos cuidarte!!!