viernes, 29 de julio de 2016

Yo te leo, tú me lees...

En las entradas de verano siempre nos gusta escribir alguna con pautas útiles para las vacaciones. El año pasado, por ejemplo, escribimos "Cinco noes para disfrutar más las vacaciones", seguido de "Y cinco síes para disfrutar más las vacaciones".

Este verano no vamos a proponerte ninguna actividad que necesite pantallas, ni tecnología moderna, sino otra muy sencilla, pero muy importante para los niños
(con una edad recomendada de 1 a 10 años). Se trata simplemente de leer, pero no de que ellos lean un libro por obligación y tú leas otro para dar ejemplo, no. Se trata de leerles un libro a ellos y de que, si tienen edad suficiente y saben leer, de que ellos también te lean a ti. Y es una actividad que se puede iniciar ahora, en verano, cuando normalmente tenemos más tiempo libre, pero que puede hacerse extensiva a otras vacaciones, puentes, fines de semana, etc.

El objeto de esta entrada no es analizar la importancia de la lectura, por lo que no vamos a detenernos en ello. Sólo haremos dos afirmaciones: si los niños aprender a leer bien, les resultará más fácil estudiar, porque la lectura es una destreza básica para el éxito escolar. Y si disfrutan leyendo de pequeños, es mucho más fácil que sean buenos lectores cuando crezcan, lo cual les aportará madurez, cultura y una perspectiva más amplia de la vida. Pero en el proceso de adquisición de la afición a la lectura, el ejemplo es fundamental. Si ven a sus padres leyendo y tienen a mano libros adecuados a su edad, es más fácil que se acerquen a un libro sin que se convierta en una pelea o una obligación. Por el contrario, si nos pasamos los ratos en casa consultando el móvil, con el tablet sobre las piernas mientras vemos la tele, difícilmente podremos convencerlos de lo bueno que es leer.

Los niños deben acostumbrarse a vernos con libros en la mano desde que tienen pocos meses. Antes del año ya deberíamos leerles cuentos cortos, de esos con muchos colores y con páginas que pueden tocar: con diferentes texturas, formas, pegatinas, incluso con olores!!! Un poco más adelante, con pestañas móviles para que puedan manipularlos, o con figuras que permiten construir casas, castillos... La variedad es, afortunadamente, amplísima. Pero si, además de vernos leer y tener libros a su alcance, comparten con nosotros ratos de lectura, la experiencia será completamente distinta.

Biblioteca infantil. Imagen GFDL.
Cuando leemos cuentos a niños de 3-7 años, podemos permitirnos teatralizar la lectura: cambiar las voces según los personajes, hacer ruidos, pausas, interrumpir la lectura para preguntarles algo... En definitiva, hacer que el cuento tome vida y se sumerjan por un rato en una vivencia distinta, más completa de la historia que les estamos presentando. Y cuando ellos nos leen a nosotros, adoptan un papel similar, imitar distintas voces, enriquecer su expresión y compartirla con nosotros. Para ello, siempre habrá que escoger lecturas apropiadas a su nivel lector, de manera que su lectura no sea dificultosa y evitaremos corregir los posibles errores, siempre que no afecten a la compresión general de la historia. Además, así podremos detectar su nivel de lectura para ver si va evolucionando como debería, o necesita algún tipo de refuerzo (más adelante, ahora no es el momento).

En definitiva, la actividad que te proponemos para estas vacaciones es un rato de lectura en voz alta con niños (hijos, sobrinos...). Tú les lees un rato y, si ya saben leer, ellos pueden leerte otro. Una buena hora sería después de la cena. Es condición imprescindible apagar los móviles, tabletas, ordenadores, videoconsolas... Evitad toda distracción para dedicaros solamente a disfrutar de la lectura. El único aparato eléctrico que se permitiría sería una linterna para alumbrar las páginas del libro, por si la necesitas.

Imagínate bajar con los niños a la playa, con un buen cuento de piratas u otras historias con el mar como escenario y leérselo a la luz de la linterna, cuidando la puesta en escena y todos tus recursos expresivos. O una buena historia de misterio en un claro del bosque o en la montaña... Ten cuidado de que el cuento sea adecuado a la edad y de que los más pequeños no se asusten. Se trata de que disfruten, de que vivan una experiencia que para ellos (y también para ti) será inolvidable.

Clínica Panaderos - Área de Psicología