1.- La tensión arterial es la presión que hace la sangre sobre las paredes de las arterias cuando el corazón bombea. Presión sistólica se refiere a la presión medida en el momento de máxima presión, cuando el corazón se contrae. La presión diastólica es el valor mínimo de la tensión entre latidos.
2.- Los valores de la presión arterial varían con la edad y el sexo. La presión alta es más frecuente en hombres hasta los 45 años. A partir de esa edad la diferencia se va invirtiendo, de modo que para los 65 mayores de 65, es más frecuente en mujeres. De todas formas, un "valor seguro" en general sería hasta 120/80. Por encima de 140/90 (mantenida en el tiempo) ya se considera hipertensión arterial. Para los diabéticos y las personas con problemas crónicos de riñón, se considera hipertensión a partir de 130/80.
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3.- Los hábitos de vida poco saludables (sedentarismo, tabaquismo, alcohol, elevado colesterol, estrés...) agravan la hipertensión y sus posibles efectos.
4.- Uno de los efectos más graves de la hipertensión es el infarto de miocardio, aunque también está relacionada con enfermedad coronaria, infarto cerebral y enfermedades renales, entre otros problemas.
5.- La hipertensión generalmente no presenta síntomas, por lo que en ámbitos médicos a veces se la denomina "el asesino silencioso". Por ello, es necesario controlar la tensión con regularidad, especialmente cuando se tiene tendencia a la tensión alta y/o algún otro factor de riesgo (diabetes, obesidad, tabaquismo...).
6.- Aunque la hipertensión arterial afecta al 30% de la población adulta, una tercera parte no sabe que la padece.
7.- Generalmente la hipertensión no tiene cura, en sentido estricto, pero sí hay tratamiento para mantenerla controlada.
8.- El tratamiento debe ser personalizado, no valen los "a mí me han dicho...", o los "a mi hermano le fue bien...". Y quien debe personalizar tu tratamiento y hacer un seguimiento adecuado es tu médico.
9.- El tratamiento, además de posible medicación, pasará por un estilo de vida saludable que incluya, al menos, actividad física apropiada, dieta sana (con poca sal y alcohol) y control del estrés.
10.- No hay que esperar a tener hipertensión para llevar un estilo de vida saludable. Los hábitos saludables también pueden ayudar a prevenirla.
Si no has empezado antes a controlar tu presión arterial y prevenir posibles riesgos, hoy es un buen momento.
Cuídate y déjanos cuidarte!!!